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Parece que fue hace muchos años cuando llegaron los primeros GPS para coches, allá por la primera década de los 2000, con unos gráficos bastante esquemáticos y mostrando solamente las calles, sus nombres e incluso los números y direcciones de la marcha. Fue todo un hito para aquellos tiempos y no fue hasta prácticamente una década después que los smartphones lo invadieron todo. Y con ellos, su mayor potencia y capacidad gráfica.
Con el paso de los años hemos pasado de ese mapa plano en 2D a otro que, con cautelas, es capaz de mostrar edificios y algunos monumentos con cierto volumen, para tener una perspectiva más clara de lo que nos rodea. Y Google Maps, aunque dispone de este tipo de perspectiva en la app para móviles, no es todavía una reproducción fiable de ese mundo por el que nos movemos a diario.
Se acerca una "mejora espectacular"
El caso es que Google está buscando la forma de que la experiencia del GPS dentro de sus aplicación de mapas sea lo más real posible y va a llevar a cabo toda una revolución en la plataforma que nos va a beneficiar, de primeras, en la precisión con la que recibimos la señal y el lugar que ocupamos en el mundo. Tened en cuenta que ahora esos datos de posicionamiento se obtienen de los satélites pero, también, triangulando la señal de nuestro operador móvil e incluso las wifi. Tarea que es a veces muy complicada por la presencia de edificios que impiden el paso de toda esa información de posicionamiento.
Gracias a esa nueva capa gráfica 3D y a la ingeniería que hay debajo, Google Maps será capaz de calcular el impacto de esos obstáculos la señal en nuestro smartphone gracias a un "módulo de correcciones asistidas por mapas 3D" que llegará, en primer lugar, a todos los usuarios de Android. Esto significa que si esa señal GPS es débil o intermitente, la app podrá calcular hasta qué punto están interfiriendo los edificios que tenemos alrededor, de tal forma que podrá adivinar dónde nos encontramos y, de esta manera, corregir la posición y afinarla mucho más.
Ahora bien, para poder llevar en la palma de la mano una herramienta así de potente son necesarios muchos cálculos y, sobre todo, un mapeado 3D de cada palmo de terreno de las grandes ciudades del mundo para que Google Maps sea capaz de situarnos con la mayor precisión posible. Los de Mountain View se refieren a esta tecnología como de "correcciones cartográficas asistidas por 3D", con ls que "la precisión [de la ubicación] en las ciudades mejora espectacularmente" ya que es capaz de "reducir las concurrencias en el lado incorrecto de la calle en aproximadamente un 75%".
De esta forma, cuando este sistema sea implantado en Google Maps, recibiremos lecturas precisas de dónde nos encontramos, da igual si enclaustrados entre rascacielos o en una calle estrecha sin apenas cielo del que recibir las señales de los satélites. Sin duda, de conseguir su objetivo, los norteamericanos habrían dado un salto espectacular a la hora de ser mucho más fiables en las lecturas de geoposicionamiento en aquellos lugares que no están a cielo abierto.