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PASSBOOK Y NFC NO TERMINAN DE DESPEGAR POR FALTA DE ACUERDOS
¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Hablando en términos tecnológicos: ¿algo se convierte en una tecnología estándar porque todos la usan, o todos la usan porque una tecnología se convierte en estándar?
Este arranque tan metafísico viene a cuenta del triángulo de las Bermudas de una de las futuras aplicaciones móviles. Es triángulo porque son tres cosas (NFC, pago móvil y billetera móvil) y porque esconde un misterio insondable: ¿por qué no se pone en marcha el asunto cuando tecnológicamente se puede, y llevan meses anunciando el advenimiento de algo que parece no decidirse? La falta de acuerdo entre empresas, y la competencia entre Google y Apple, podría mandar al traste una de las aplicaciones más prometedoras de la telefonía móvil
Empecemos por el principio: la tecnología NFC (near field communication) es un sistema de conexión inalámbrica, vía señal de radio, que es la que usan por ejemplo las tarjetas magnéticas de identificación, y es algo que bastantes terminales móviles han ido incorporando en los últimos años, fundamentalmente los de Android.
¿Para qué sirve? Por ejemplo, para usar el móvil como tarjeta de crédito poniéndolo encima de un datáfono, para abrir la puerta del garaje pasándolo por delante del sensor, para fichar en el trabajo, para usarlo como billete de metro, para evitar hacer cola en las cajas al comprar algo y que te cobren directamente sin detenerte al pasar por los sensores de la puerta... La mayoría de estas cosas ya existen, y otras si no se han hecho es porque no se quiere. Y esa es la cuestión.
La tecnología NFC en sí misma vale para poco más que el bluetooth: los últimos Android por ejemplo incorporan la función 'Android Beam', para mandar archivos entre dispositivos pegándolos, al más puro estilo del AirDrop de los Mac. La cuestión es que combinada con otras tecnologías el resultado es bien diferente. Ya comentamos, por ejemplo, que por unos diez euros puedes comprar varias pegatinas programables con órdenes para tu teléfono cuando pase cerca: apagar la conexión de datos y encender la WiFi al llegar a casa, silenciarlo y encender la alarma del despertador al dejarlo en la mesilla de noche o poner el Bluetooth y reproducir una lista de Spotify al llegar al coche. Todo eso sin tocar el móvil y gracias a aplicaciones como NFC Task Launcher
Eso es lo más efectista, pero en realidad es lo de menos. La cuestión es que las grandes compañías que gestionan las tarjetas de crédito están intentando ponerse de acuerdo en esa nueva vía de negocio: el pago móvil, que convertiría tu teléfono en una Visa o Mastercard bajo claves de seguridad. De hecho, el mercado va por delante porque los datáfonos que renuevan algunas entidades como La Caixa ya soportan el pago 'de contacto', es decir, tocando con la tarjeta... o con el móvil.
Por eso Apple tiene en su Passbook un tesoro: es un tarjetero virtual donde se almacenan billetes de tren o avión, entradas de teatro y cine o bonos de hoteles y tiendas. Un remedio contra los papeles en las carteras que se utiliza ofreciendo un código que en el lugar escanean y vale como pase de entrada. Menos papel, menos bulto en el bolsillo y muchísimas posibilidades. Pero Apple no usa NFC. Era una de las cosas que se esperaba en su nuevo iPhone... pero no.
Ahora falta ver qué pasará con tanta posibilidad sin concretar: si al final esta tecnología nunca se convertirá en masiva por el bloqueo de los gestores de crédito, o si al final verá la luz y obligará a Apple a adoptar de forma tardía el NFC en su próximo iPhone.