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Los remixes son una práctica que se ha popularizado en los últimos años y que consiste en que los usuarios cogen un tema musical y lo remezclan y modifican para darle otro aire para, posteriormente, subirlo a algunas plataformas y redes sociales donde se comparten y viralizan. Casos hay muchos y YouTube es, seguramente, el lugar donde más canciones encontramos de este tipo aunque existe un problema: se trata de contenidos sujetos a derechos de propiedad intelectual.
En ocasiones, los propietarios del tema original hacen la vista gorda y aprovechan ese trabajo y la difusión que obtienen para conseguir una manera de llegar a un público con el que no contaban, por lo que existe una especie de acuerdo tácito de no agresión. Ahora bien, como en todos los órdenes de este tipo de disputas, siempre hay una parte que puede sentirse afectada y es en ese instante cuando comienzan los problemas de verdad. Sobre todo para quienes alojan esos remixes.
Spotify vigila y pone coto a esa práctica
La plataforma musical líder en el mundo no permite que los usuarios suban contenidos para escuchar después desde sus aplicaciones móviles, tal y como viene ofreciendo Google desde hace años con su Play Music, primero, y YouTube Music, ahora, por lo que tenemos que conformarnos con las grabaciones y ediciones que publican de forma periódica. Ahora bien, tal ha sido la expansión de la plataforma que Spotify ha dejado unos pequeños huecos por los que se han colado esos remixes en los últimos tiempos.
Esa falla de seguridad se ha encontrado en los podcasts. Desde que a los suecos les interesa que vayamos a su aplicación para escuchar nuestros programas favoritos, han abierto la mano y dejan que los creadores suban sus ficheros de audio para después reproducirlos vinculados a esa sección, y es por ahí donde los remixes han hecho acto de presencia, ofreciendo a los usuarios la posibilidad de escucharlos como si fueran canciones de un álbum convencional.
Este hecho fue desvelado por la revista Variety, que desveló con pelos y señales muchos de los contenidos (bootleg, piratas) a los que podía accederse desde la sección de podcasts y que podían bordear, si no provocar, algún tipo de problema de propiedad intelectual. Además, todos esos remixes que se subían compartían una misma jerga de palabras que eran muy fáciles de encontrar por quienes conocían su existencia. Es el caso de chopped y screwed. Tras la publicación de ese artículo, Spotify ha procedido a borrar en las últimas horas todos los que ha encontrado y, además, ha publicado un aviso por el que asegura que estará vigilante en caso de que algunos usuarios quieran seguir almacenando temas musicales de ese tipo en su plataforma.
Los suecos, en una nota informativa, avisan de que “nos tomamos muy en serio las infracciones de propiedad intelectual. Spotify tiene implementadas múltiples medidas de detección que monitorean el abuso en el servicio para detectar, investigar y lidiar con dicha actividad", por lo que siguen "invirtiendo fuertemente en perfeccionar esos procesos y mejorar los métodos de detección y eliminación, y reducir el impacto de esta actividad inaceptable para los creadores legítimos, los titulares de derechos y nuestros usuarios". Así que ya sabéis, mucho cuidado con los remixes a partir de ahora en Spotify.