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MICROSOFT SE PROTEGE
Los de Redmond tienen una lista de negra de aplicaciones, con las que no podrás actualizar a Windows 11. Aunque es bastante sencillo pasarla por alto.
Aunque no terminamos de entenderlo, la realidad es que es así, la presencia de ciertas apps o aplicaciones en nuestro ordenador será suficiente para que Microsoft se niegue a actualizarlo, aduciendo, como es habitual, a problemas de compatibilidad, seguridad y un largo etcétera de cosas que la realidad es que no suelen afectar al grueso de los usuarios. En cualquier caso, vamos a conocer los pormenores de esta curiosa limitación de la actualización de Windows, y las aplicaciones que no permite Microsoft, y por último la manera en que podemos evitar este veto por parte de los de Redmond a estas aplicaciones.
Los de Remond no han desvelado ningún listado de forma oficial donde podamos ver qué aplicaciones no van a permitir actualizar a Windows 11. Pero quienes siguen de cerca a Microsoft y al sistema operativo, han podido acceder a un archivo donde se detallan todas las aplicaciones que están vetadas y que por si mismas no permitirán actualizar nuestro ordenador a Windows 11. Y es que en el momento de que Windows 11 detecte que una de estas apps integradas en el fichero se ha instalado, directamente detendrán la actualización.
El listado de aplicaciones que van a provocar esta reacción del sistema operativo son las siguientes:
Si alguna de estas aplicaciones está instalada en nuestro PC, cuando queramos actualizar a Windows 11, en caso de ser nuestro ordenador elegible, esta se detendrá para evitar que podamos ser víctimas de algún tipo amenaza. Según los investigadores, Microsoft está siendo bastante exigente, y no solo puede bloquear la actualización en base a una aplicación concreta, sino a una versión concreta también, es algo que pudieron percibir de VLC, que no se bloquea por defecto, sino solo una versión concreta de Windows 7.
La verdad que no entendemos por qué Microsoft se esfuerza en este tipo de vetos a determinadas apps y sus versiones, cuando es tan sencillo pasar por alto el veto. Y es que la solución a este problema es sencilla. Solo tenemos que desinstalar las apps antes de ejecutar la actualización. Una vez que lo hacemos, tenemos luz verde para poder actualizar a Windows 11.
Y una vez que se ha instalado la actualización, solo tenemos que instalar de nuevo la app para que todo vuelva a ser como antes. Haciéndolo de esta manera, podremos seguir utilizando la app de la misma forma que siempre, y sin temor a que pueda bloquear de nuevo nada en el sistema operativo, como sí que lo hacen cuando lo actualizamos a esta nueva versión. Un veto bastante absurdo en todas sus formas, y que como veis, es bastante sencillo de pasar por alto.