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Desde que en marzo del pasado año la pandemia llegó a Occidente, una buena parte de los trabajadores desempeña sus tareas desde casa, con ese famoso teletrabajo que todo el mundo tiene en mente de una manera u otra. Ahora bien, mientras durante el confinamiento las herramientas como Zoom se han convertido en esenciales para mantener el buen funcionamiento de cada departamento de una empresa, el regreso podría acabar con esa dependencia. ¿O no?
El caso es que una vez que en la primavera de 2020 las empresas con aplicaciones de videollamada buscaron la manera de ofrecer más y mejores funciones (participantes, pizarras digitales, herramientas de moderación, etc.) con las que ser más productivos desde casa, algunas de ellas ya están mirando al momento en el que las cosas vuelvan a la normalidad de forma progresiva y los trabajadores regresen a sus oficinas.
Minimizar el contacto, facilitar la comunicación
La idea alrededor de la que trabaja Zoom es la de un retorno seguro a la oficina. Permitir a cualquier compañía un mejor control sobre dónde están los usuarios y marcar pautas para evitar una concentración demasiado elevada de participantes en las reuniones. Así, los de Eric Yuan abogan por la instalación de recepcionistas virtuales que van redirigiendo a cada trabajador a su puesto y evitando que se produzcan contactos innecesarios.
Pero ahí no acaban esas mejoras. Por ejemplo, Zoom Dashboard podrá funcionar gracias a cámaras inteligentes para verificar la calidad del aire en una habitación, y así garantizar que las reuniones se celebran en las mejores condiciones de salubridad. Si recordáis, Microsoft también estaba experimentando con un sistema similar que llegaba, incluso, a analizar si estos meetings se están desarrollando de la manera prevista y hasta cuál es la actitud de cada participante.
Otra de las medidas de seguridad que Zoom está implementando alrededor de todo su ecosistema es el llamado Rooms Controller, que transforma cualquier smartphone en un mando a distancia con el que manejar la reunión y todos los materiales que se proyectan en la pantalla, para evitar que varias personas lleguen a tocar un mismo dispositivo, con el riesgo de contagio que eso supone. Además, la compañía prepara una mejor interacción gracias a comandos de voz a través del asistente Alexa de Amazon.
Otra de las novedades es la centralización de todos los datos de las reuniones de la empresa a través de Zoom, que ha desarrollado una plataforma que es capaz de gestionar quiénes de los participantes lo harán presencialmente o de forma remota, para que el anfitrión pueda activar las funciones que mejoran la coordinación entre los que han ido a la oficina y los que se quedan en casa. Así, por ejemplo, la herramienta de transcripción permitirá a los asistentes conocer qué se está diciendo gracias a un texto que aparece en la pantalla. Así, los que estén conectados desde lugares con mucho ruido podrán seguir su desarrollo sin problemas.
Todas estas novedades ya están llegando a Zoom para los distintos planes profesionales y, tal y como da la impresión, la compañía está virando para hacerse imprescindible también cuando las cosas vuelvan a la normalidad, los viajes sean seguros y las vacunas (presumiblemente) faciliten la vuelta a nuestras vidas antes de marzo de 2020.