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UN ESTUDIO LO HA INVESTIGADO
Un reciente estudio señala que en los próximos años el virus afectará principalmente a los menores.
Si bien el virus SARS-CoV-2 no se ha mostrado especialmente agresivo con los más pequeños, sí ha tenido consecuencias para este sector de la población. Más allá de los efectos del aislamiento en la educación, en la salud mental y en la socialización, más de 1 millón de niñosen todo el mundo han perdido a su padre, madre o a ambos en los primeros 14 meses de la pandemia. Y como el virus no desaparecerá en los próximos años, un equipo de la Universidad Estatal de Pensilvania, liderado por Ottar Bjornstad, ha realizado una simulación para saber cómo afectará el virus a los menores de 12 años, y al resto de la población, en los próximos años. Los resultados se han publicado en Science Advances.
De acuerdo con el equipo de Bjornstad, en los próximos años, a medida que el virus SARS-CoV-2 se vuelva endémico en la población mundial, la COVID-19 puede comportarse como otros coronavirus del resfriado común, afectando principalmente a niños pequeños que aún no han sido vacunados o expuestos al virus. Debido a que la gravedad de COVID-19 es generalmente menor entre los niños, se espera que la carga general de esta enfermedad disminuya.
Para llegar a esta conclusión, los autores desarrollaron un “modelo matemático realista estructurado por edad” o RAS por sus siglas en inglés, que contempla la demografía, el índice de reuniones sociales, la duración de la inmunidad, la incidencia y carga de mortalidad por COVID-19.
Específicamente, los investigadores examinaron la carga de la enfermedad en plazos inmediato, mediano y largo: 1, 10 y 20 años, respectivamente. También examinaron la carga de enfermedad para 11 países diferentes, incluidos China, Japón, Corea del Sur, España, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica, que diferían ampliamente en sus datos demográficos. El modelo también incorpora una variedad de escenarios para la inmunidad, que incluyen tanto la independencia como la dependencia de la gravedad de la enfermedad con respecto a la exposición previa, así como la inmunidad a corto (ya sea tres meses o un año) y a largo plazo (ya sea 10 años o permanente).
“Al inicio de la pandemia los resultados eran cada vez más graves y esto estaba vinculado casi siempre a la edad – explica Bjornstad –. Sin embargo, los resultados de nuestro modelo sugieren que el riesgo de infección probablemente se trasladará a los niños más pequeños a medida que la comunidad adulta se vuelva inmune a través de la vacunación o la exposición al virus. Estos cambios ya se han observado en otros coronavirus y virus de la influenza a medida que emergen y luego se vuelven endémicos” .
Entre los antecedentes analizados por el equipo de Bjornstad se encuentra la conocida como gripe asiática o rusa que entre 1889 y 1890 habría sido la responsable de la muerte de más de un millón de personas, la mayoría mayores de 80 años. Esta, según los análisis genómicos, habría sido provocada por el virus HCoV-OC43, actualmente un virus del resfriado endémico, leve y que se repite y afecta principalmente a niños de 7 a 12 meses de edad.
Bjornstad advirtió, sin embargo, que si la inmunidad a la reinfección por SARS-CoV-2 disminuye entre los adultos, la carga de la enfermedad podría seguir siendo alta en ese grupo, aunque la exposición previa al virus disminuiría la gravedad de la enfermedad.
“La evidencia empírica de los coronavirus estacionales indica que la exposición previa solo puede conferir inmunidad a corto plazo a la reinfección – confirma este experto en epidemiología –, lo que permite brotes recurrentes. Sin embargo, la investigación sobre COVID-19 muestra que la vacunación brinda una protección más fuerte que la exposición al virus SARS-CoV-2, por lo que alentamos a todos a vacunarse lo antes posible. Para muchas enfermedades respiratorias infecciosas, la prevalencia en la población aumenta durante una nueva epidemia, pero luego retrocede en un patrón de onda decreciente a medida que la propagación de la infección se dirige hacia un equilibrio endémico”.
Dependiendo de la inmunidad y la demografía, el modelo RAS predice una estructura de edades diferente a la del comienzo de la pandemia en comparación con la eventual situación endémica. En un escenario de inmunidad duradera, ya sea permanente o al menos 10 años, se predice que los jóvenes tendrán las tasas más altas de infección, ya que las personas mayores están protegidas de nuevas infecciones por una infección previa o por vacunas.
¿Qué pasará en países con mayor población infantil o con un número importante de mayores de 60 años? Esto es algo que también destaca el estudio.
“Por ejemplo Sudáfrica, probablemente debido en parte a su mayor población juvenil – concluyen los autores –, tiene un número menor de muertes en comparación con poblaciones mayores como Italia. Descubrimos que esas disparidades no afectan al resultado y predecimos un cambio constante hacia la infección de los menores, lo que no significa que sea con mayor riesgo que el actual para ellos”.
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