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LA REPERCUSIÓN DE LA PANDEMIA
Un reciente estudio científico demuestra cómo la pandemia ha reconfigurado al deporte rey. La pregunta es: ¿para mejor o para peor?
El estado de alarma de la mayoría de los países europeos ha tenido importantes consecuencias en el deporte. No solo ha dificultado el entrenamiento y reconfigurado el calendario global de eventos, sino mucho más. El cierre de 2020 evidenció una caída de más de 1.500 millones de euros en el total global de las transferencias, según datos de la FIFA. En España, el impacto, entre publicidad, pases, venta de entradas y otros ha sido de más de 200 millones de euros. Ese dinero desapareció de la industria, solo en España, en apenas 12 meses. Pero no es dinero lo único que está desapareciendo. La ausencia de público también ha provocado que ya no salga a escena un factor fundamental: el de local.
Cuando algunas ligas de fútbol de élite europeas volvieron a la acción el año pasado, en medio de la pandemia, los deportistas lo hicieron en ''estadios fantasmas'', prácticamente sin público. Este escenario, casi desconocido para muchos, se convirtió en una oportunidad para responder a una pregunta que llevamos décadas haciéndonos: ¿cuán importante es ser local?
Para responder a esto, un equipo de científicos de la Universidad de Salzburgo, liderados por Michael Christian Leitner, analizó casi 1300 partidos entre la temporada 2018-19 (cuando las gradas sí podían estar llenas) y comparó estos datos con la temporada 2019-20 sin fanáticos. El equipo de Leitner observó diversas estadísticas, como la cantidad de tarjetas emitidas y los resultados del juego.
Los resultados, publicados en Frontiers in Sports and Active Living, muestran que los árbitros de estos ''partidos fantasmas'' emitían significativamente más tarjetas amarillas a los jugadores locales por faltas (un 12% más), mientras que las otorgadas a los jugadores visitantes permanecían prácticamente sin cambios entre temporadas. Más aún, los equipos locales fueron más penalizados independientemente del marcador en el momento de la falta, lo que significa que las tarjetas amarillas no eran el resultado de un juego más agresivo debido a que iban perdiendo. De hecho, las tarjetas amarillas por falta de deportividad o por quejas disminuyeron tanto en locales como visitantes.
Además, el estudio señaló que los equipos de fútbol de las ligas de élite europeas perdieron significativamente más partidos en casa y ganaron significativamente más partidos fuera de casa cuando los aficionados no asistieron a los partidos.
"Nos sorprendió particularmente el hecho de que los equipos locales en los encuentros sin público, recibieran tantas más tarjetas amarillas por faltas – explica Leitner – . Queremos enfatizar que nuestro trabajo no es una crítica general a los árbitros de ningún deporte. La presión sobre los árbitros es increíblemente alta hoy en día y la tarea es enormemente exigente. Somos deportistas entusiastas y respetamos sobre todo el trabajo de los árbitros''.
Según los autores, la investigación sobre la psicología de los árbitros en el contexto de los ''partidos fantasma'' esotra forma de comprender mejor el comportamiento humano y sus consecuencias. Numerosos estudios y experimentos psicológicos han demostrado cómo las decisiones humanas pueden ser manipuladas por la presión de los compañeros.
''Desde un punto de vista evolutivo, los humanos somos animales de carga y, por lo tanto, nuestras decisiones dependen en gran medida de nuestro entorno, la situación y otras personas presentes – añade Leitner –. Al investigar estos 'puntos débiles' específicos en la psicología humana, que dan como resultado la conformidad y la toma de decisiones sesgada, nos esforzamos por desarrollar intervenciones y contramedidas psicológicas eficaces''.
Finalmente el estudio también analizó la variación entre los triunfos como local y las derrotas como visitantes. A menudo se habla de la ventaja como local y los partidos celebrados sin público demuestran que este beneficio podría desaparecer. La última temporada la diferencia en los triunfos como locales y las victorias de equipos de fuera, se amplió un 20%, mientras que los empates se mantuvieron iguales.
Si esta tendencia afectará o no al fútbol en el futuro es algo que aún no sabemos, lo que sí es obvio (y sin duda algunos buscarán sacar partido de ello) es que el público ejerce un peso determinante en el resultado final.