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Cómo evitar tener estrés innecesario
La presión que nos induce la sociedad por sentirnos optimistas, en ocasiones, puede volverse contra nosotros. Sin embargo, reconocer nuestro propio estado de ánimo, por muy negativo que sea, es lo que realmente puede hacer que nos sintamos mejor a largo plazo, de acuerdo con una nueva investigación de la Universidad de Berkeley.
En lo que respecta al estado de ánimo, parece que no solo los agentes externos, sino también la propia actitud, son clave para la superación de la tristeza o el desánimo. Un estudio realizado en la UC Berkeley y publicado en la Journal of Personality and Social Psychology ha encontrado un vínculo entre la aceptación emocional y la salud psicológica en más de 1.300 adultos.
Los resultados sugieren que las personas que comúnmente se resisten a reconocer sus emociones más oscuras, o juzgarlas con dureza, pueden terminar sintiéndose más estresadas psicológicamente. Por el contrario, aquellos que por lo general permiten que sentimientos tan sombríos como la tristeza, la decepción y el resentimiento sigan su curso, mostraron menos síntomas de trastorno del estado de ánimo que los que trataron de evitar o negar sus sentimientos, incluso después de seis meses.
"Hemos comprobado que las personas que habitualmente aceptan sus emociones negativas experimentan, precisamente, menos de estas emociones a largo plazo, lo que implica una mejor salud psicológica", dijo el autor principal del estudio, Iris Mauss, profesor asociado de Psicología en la UC Berkeley. "Tal vez el motivo se halle en que si las personas muestran una actitud de aceptación ante las emociones negativas, no se les está prestando tanta atención", añade. "Y por otro lado, si estás constantemente juzgando tus emociones, la negatividad puede acumularse en ti".
Según los investigadores, la manera en la que nos acercamos a nuestras propias reacciones emocionales negativas es clave para nuestro bienestar general. Las personas que aceptan estas emociones sin juzgar o tratar de cambiarlas son capaces de lidiar con su estrés con más éxito.
Para comprobarlo, se llevaron a cabo tres estudios separados de diversos grupos, tanto en el laboratorio como en línea, y se tomaron en cuenta la edad, el género, el estatus socioeconómico y otras variables demográficas.
Más de mil participantes completaron las encuestas calificando su grado de acuerdo con declaraciones tales como: "me digo a mí mismo que no debería estar sintiendo lo que estoy sintiendo". Aquellos que, por regla general, no se sentían incómodos por sentirse mal, mostraban niveles más altos de bienestar que los compañeros que aceptaban menos sus sentimientos. Además, el grupo que tendía a evitar sentimientos negativos mostró más sentimientos de angustia que sus pares más tolerantes con sus emociones.
"Es más fácil tener una actitud de aceptación si se lleva una vida mimada, por lo que descartamos el estatus socioeconómico y los estresores de la vida diaria, que podrían sesgar los resultados", detalla Mauss.
El siguiente paso de los investigadores es estudiar factores como la cultura y la crianza para comprender mejor por qué algunas personas aceptan más los altibajos emocionales que otras.