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¿DÓNDE ESTÁN?
Existe un gran enigma sobre la existencia (o no) de extraterrestres en el universo. Hay quienes creen que nosotros somos los únicos y quien cree que tiene que haber vida en otros lugares. Pero entonces, ¿por qué nada ni nadie ha contactado con nosotros?
Recientemente, el rover Curiosity de la NASA que se encuentra rastreando Marte desde 2012, ha detectado una fuente misteriosa de metano, un gas producido usualmente por microbios, es decir, seres vivos. Por lo que de demostrarse podría ser una de las primeras evidencias de que hubo vida en otros planetas. Esto sólo se ha encontrado en el planeta vecino, sin embargo, hemos de tener en cuenta que nos encontramos en una galaxia con alrededor 400.000 millones de estrellas, las cuales podrían tener uno o más planetas, y que existen otras 2 billones de galaxias, aproximadamente.
Por tanto, podría resultar egocéntrico pensar que, de entre todas las galaxias, estrellas y planetas que existen en todo el universo, el ser humano esté completamente solo. Así se lo planteó Enrico Fermi, físico italiano y uno de los científicos más notables del siglo XX, que trató de responder a la pregunta “¿Somos los seres humanos la única civilización avanzada en el Universo?”.
El planteamiento comienza en pleno desarrollo del Proyecto Manhattan, con el que se pretendía crear la primera bomba atómica estadounidense. Enrico Fermi mantenía una conversación informal con varios amigos sobre los extraterrestres cuando le surgió la pregunta: “¿Dónde están?”. El científico se planteó esta cuestión al notar la evidente contradicción entre la posibilidad teórica de que existiera vida inteligente y la falta de evidencia de la misma. De hecho, una formulación más completa de la paradoja de Fermi es:
“Las características del universo, en cuanto a tamaño y edad, sugieren que deberían existir muchas civilizaciones tecnológicamente avanzadas. Sin embargo, esta hipótesis contradice nuestras observaciones al no encontrar evidencia alguna de ellas.”
Unos años después, en 1961 concretamente, Frank Drake, que entonces era presidente del instituto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence), llevó más allá la paradoja de Fermi. Desarrolló una ecuación con la que pretendía estimar la cantidad de civilizaciones que existirían en la Vía Láctea, teniendo en cuenta factores biológicos, tecnológicos y astronómicos. Sin embargo, al no contar con parámetros precisos con los que llevar a cabo la Ecuación de Drake (el cálculo requiere conocer ciertas cifras como cantidad de planetas con vida inteligente o el número total de estrellas capaces de albergar planetas) no es posible resolver con exactitud la ecuación. Aún así, al existir rangos estimados de esas cifras, los físicos han sustituido los números exactos de los valores desconocidos de la ecuación por un rango, obteniendo como resultados diferentes aproximaciones teóricas.
Soluciones a la paradoja de Fermi
Conocemos que existen aproximaciones, tanto optimistas como pesimistas, sobre la cantidad de civilizaciones que podrían existir en la galaxia. Pero entonces, regresando a la pregunta que se hizo Enrico Fermi, ¿por qué nunca hemos encontrado evidencias o señales de la existencia de otras civilizaciones inteligentes? Existen multitud de planteamientos que se han propuesto desde hace años y que podrían dar respuesta a esta paradoja. Algunas de esas soluciones son:
Además de estas tres hipótesis, existen multitud de situaciones hipotéticas que podrían dar solución a la paradoja de Fermi y se desarrollarán muchas más con el paso de los años, hasta que una encaje científicamente y dé respuesta a la pregunta de Enrico Ferni: “¿Dónde están?”.
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