CÁNCER COLORRECTAL

La aspirina, tomada de forma regular, previene ciertos tumores

Es la conclusión de un reciente estudio específico de pacientes con cáncer colorrectal.

AspirinaPixabay

La aspirina lleva más de 125 años entre nosotros y, a pesar de algunos mitos que la rodean, como el de la prevención de ciertas enfermedades, su uso como posible tratamiento del cáncer ha sido de creciente interés durante más de 50 años. La clave del equilibrio entre riesgos y beneficios sigue siendo un punto de controversia.

Un metaanálisis de 118 estudios observacionales sobre la mortalidad en pacientes con cáncer, por ejemplo, ha encontrado evidencia consistente con reducciones de alrededor del 20% en la mortalidad asociada con el uso de aspirina. Las razones en contra del uso de aspirina incluyen un mayor riesgo de hemorragia gastrointestinal. En pocas palabras, la aspirina tendría un efecto positivo, pero en ciertos tipos de tumores específicos. Y los científicos están descubriendo en cuáles a medida que se realizan más investigaciones.

La última de ellas tiene que ver con el cáncer colorrectal puede ayudar a prevenir el desarrollo y la progresión del cáncer colorrectal de acuerdo con un reciente estudio publicado en Wiley.

De acuerdo con Marco Scarpa, líder del equipo y experto de la Universidad de Padua, si bien los mecanismos implicados no están claros, sí han demostrado que la aspirina puede ejercer estos efectos protectores al estimular ciertos aspectos de la respuesta inmune del cuerpo contra las células cancerosas.

Aspirina | Agencias

Para investigar los efectos de la aspirina sobre el cáncer colorrectal, el estudio analizó muestras de tejido de 238 pacientes que se sometieron a cirugía por cáncer colorrectal entre 2015 y 2019. De los cuales el 12% eran consumidores de aspirina. Una vez comparados los tejidos, los de aquellos que sí consumían aspirina mostraban una menor propagación del cáncer a los ganglios linfáticos y una mayor infiltración de células inmunes en los tumores.

En otras pruebas, realizadas en el laboratorio, la exposición de las células a la aspirina provocaba una mayor expresión de una proteína llamada CD80 en ciertas células inmunes, lo que mejoraba la capacidad de las células para alertar a otras del sistema inmune, de la presencia de proteínas asociadas a tumores. Los pacientes con cáncer de recto que consumían aspirina tenían una mayor expresión de CD80 en el tejido rectal sano, lo que sugiere un efecto de vigilancia proinmune de la aspirina.

Esta proteína, también conocida como B7.11, es similar a la familia de las inmunoglobulinas (otras proteínas que nos ayudan a combatir infecciones) y su función es propiciar que las células T (una de las líneas de defensa de nuestro cuerpo) se adhiera a las células potencialmente dañinas para eliminarlas. Resultan fundamentales ya que de ellas depende que las células T respondan adecuadamente a amenazas externas.

Los aspectos positivos de esta investigación es que sus resultados se obtuvieron directamente en humanos (no en ratones ni en otros primates), que la aspirina es un medicamento de fácil obtención y económico y que la investigación no ha sido realizada con fondos de ninguna farmacéutica… pero también hay que tener en cuenta otras variables. El consumo regular ha sido probado en este tipo de tumores, los resultados no pueden extrapolarse a todos los tipos de cáncer. Y a ello se suma la capacidad de absorción de los compuestos de la aspirina en el colon, la zona objetivo de este tipo de tratamientos.

"Nuestro estudio muestra un mecanismo complementario de prevención o terapia del cáncer con aspirina además del mecanismo farmacológico clásico que implica la inhibición de la inflamación – concluye Scarpa -. La aspirina se absorbe en el colon por difusión pasiva en un grado significativo. Su absorción es lineal y depende de la concentración a lo largo del intestino y en el recto, la concentración de aspirina administrada por vía oral puede ser mucho menor que en el resto del colon. Por tanto, si queremos aprovechar sus efectos contra el cáncer colorrectal, deberíamos pensar en cómo garantizar que la aspirina llegue al tracto colorrectal en dosis adecuadas para que sea efectiva".