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¿UNA NUEVA ERA EN LA ERA ESPACIAL?
En la primavera de 2004 la escritora de ciencia ficción, poeta y diseñadora Vanna Bonta fue invitada junto con su marido a su primer vuelo en microgravedad simulada en el G-Force One de Zero G Corp.
Durante el vuelo la pareja intentó, sin éxito, celebrar con besos y abrazos las sensaciones de ‘montaña rusa espacial’ que ofrece la experiencia aeronáutica. La frustración fue grande: las inercias y la microgravedad fingida durante la caída impedían cualquier contacto íntimo confortable, así que la autora de best seller 'Flight: A quantum fiction novel' pensó que eso era un problema para una futura colonización espacial.
La política de la NASA para solventar el tema de relaciones sexuales en el espacio es parte de la historia oscura de la agencia. No se conocen trabajos de campo, diseños o programas de investigación desde aquel rumor extendido del estudio de conducta sexual en el transbordador espacial. A pesar de las declaraciones, experiencias y leyendas surgidas de otra de las necesidades fisiológicas inherente a los astronautas el pudor y la vergüenza han sofocado el debate de la conquista ‘sexual’ del espacio.
Cuatro años más tarde de aquel vuelo los Bonta repitieron experiencia en el G-Force One, esta vez vistiendo el 2suit, una prenda diseñada por Vanna para para facilitar el contacto sexual en el espacio.
El 2suit o Twosuit es un traje doble con unas tiras de velcro que se convierte en un saco único donde los cuerpos no necesitan trabajarse esa aproximación ¿Por qué? En condiciones de microgravedad o ingravidez, los cuerpos que generan movimientos tienen que contrarrestar las inercias que no son absorbidas por la gravedad. Dos cuerpos abrazados necesitan hacer un esfuerzo constante para evitar el distanciamiento, con la incomodidad que eso supone.
El traje funciona como vestimenta independiente y sirve también para condiciones de emergencia donde interesa la transmisión del calor corporal de un cuerpo a otro.
El traje se convirtió inmediatamente en un icono de la conquista espacial. La investigación independiente ha aprovechado el secretismo de las grandes agencias para convertir el diseño en una fuente de inspiración para la colonización humana del universo. El invento ha inspirando documentales, canciones, y hasta debates políticos.