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AGUA, ATMÓSFERA, DUNAS... ¿QUÉ NOS QUEDA POR SABER?
Hace unos 4.000 millones de años, un gigantesco océano de 1.600 metros de profundidad cubría una gran parte del hemisferio norte del planeta. De hecho, si cogiéramos toda esa agua y la distribuyéramos por toda su superficie, podríamos cubrirlo completamente con una capa de unos 140 metros de profundidad. ¿Qué ha pasado con toda esa cantidad de líquido? ¿Se ha evaporado a lo largo del tiempo? ¿Es posible que queden aguas subterráneas?
En diciembre del año pasado saltaba la noticia: La nave de exploración Curiosity había detectado una fuente de metano misteriosa en Marte. ¿Es una fuente estable de gas o algo puntual y aislado? La pregunta es importante porque aproximadamente el 90% de todo el metano terrestre está producido por los seres vivos, algo que podría ocurrir también en nuestro planeta vecino.
Por otra parte, ¿existen placas tectónicas en Marte? Todavía los investigadores no saben a ciencia cierta qué ocurrió en el pasado con el planeta rojo. Aunque no hay actividad en su corteza, sí que existen fallas y pliegues, lo que hace suponer que en el pasado sí que existieron diferentes placas que interactuaron entre ellas. De hecho, como explican desde el Instituto de Astrofísica de Canarias, en Marte, como la corteza no se mueve respecto al manto, los volcanes siempre se alimentan de la misma fuente de magma, creciendo hasta que se agota. En la Tierra, sin embargo, el movimiento de las placas arrastra los volcanes inactivándolos y deteniendo su crecimiento.
Finalmente, seguro que has visto alguna foto de Marte en la que aparecen como dunas, como olas de arena modeladas por la acción del viento. Sin embargo, esto no es tan sencillo de explicar con los datos que tenemos de la atmósfera, tamaño de los granos de arena, etcétera.
Esencialmente, ¿si su débil atmósfera no puede alzar granos de más de 2mm, cómo se han formado estas curiosas dunas? Lo que sí ocurren habitualmente son las famosas y persistentes tormentas de arena que pueden durar semanas e incluso meses. Éstas son producidas por la diferencia de energía solar que llega al planeta rojo en su perihelio y el afelio (el momento de máxima y mínima distancia al Sol en su órbita) y su consiguiente pérdida de humedad en distintas regiones.
Sea como fuere, Marte sigue siendo un desconocido lleno de fenómenos y misterios que, sin duda alguna, acabarán siendo desvelados en los próximos años gracias a la ciencia y a las futuras misiones espaciales.