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SE TRASLADA HACIA UNA NUEVA ZONA EN MARTE
El 'rover' Curiosity se encuentra en el paisaje más pintoresco en el que ha estado: Murray Buttes. Y tras recoger muestras de polvo de roca en este lugar, comenzará una nueva etapa de investigación aprobada el pasado verano en la que se estudiarán dos nuevos destinos a lo largo de una cresta de 2,5 kilómetros recubierta con materiales ricos en arcillas y en un mineral rico en óxido de hierro llamado hematita.
Esta zona no fue descubierta por el 'rover', sino por el orbitador MRO (Mars Reconnaissance Orbiter), el cual las analizo a través de su espectrómetro CRISM (Compact Reconnaissance Imaging Spectrometer for Mars) y descubrió que los materiales las componen se forman en ambientes ricos en agua y, por lo tanto, claros objetivos de investigación.
Con estas nuevas zonas de búsqueda, Curiosity investigará lugares con claras evidencias de agua en un pasado remoto, algo que contrasta con las actuales condiciones del planeta rojo, donde todo se muestra extremadamente seco, al menos en superficie. Y es que el Monte Sharp, la gran montaña donde está el 'rover' desde hace tiempo, "todavía tiene el potencial para sorprendernos por completo", según comentó Ashwin Vasavada, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena.
El análisis de estas zonas aportará nuevos datos que permitirán una mejor comprensión de la evolución de Marte en lo referido a su habitabilidad potencial en el pasado y si tuvo capacidad de albergar o no vida, que son los objetivos prioritarios ya cumplidos por el 'rover'.
Los datos obtenidos en esta nueva etapa servirán para sacar conclusiones de una manera mucho más precisa. Esto no quiere decir que en Murray Buttes no haya conseguido datos relevantes: sin ir más lejos, en su perforación más reciente –la número 14– descubrió que esta zona está compuesta principalmente por lutitas, unas arcillas que se encuentran en barros acumulados fondos de antiguos lechos lacustres, sirviendo como anticipo a lo que se irá encontrando al menos en la primera mitad de esta nueva etapa, estimada en dos años.
El 'rover' deberá comprobar si estos registros lacustres se siguen observando y si existían condiciones de habitabilidad, lo que permitirá conocer lo dinámicos que eran los lagos frente a cambios ambientales, pero también investigará lo que se encuentra bajo los depósitos de arcilla y hematites, ya que sería interesante ver si alguno de ellos, o ambos, eran ambientes habitables. Porque -recordemos- el subsuelo marciano es un lugar de deseo para astrobiólogos.