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UN ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE MICHIGAN

Así crece o se comprime el cerebro de un astronauta en el espacio

El cerebro de los astronautas que pasan largas temporadas en el espacio se crece o se comprime para adecuarse al nuevo hábitat. Así lo confirma un estudio de la Universidad de Míchigan en el que se desvelan resonancias magnéticas que muestran los cambios.

Dos astronautas de la NASA abandonan la EEI para una nueva caminata espacialEFE

Las resonancias magnéticas de los cerebros de 26 astronautas tomadas antes y después de las misiones muestran que sus cerebros se comprimen y se expanden en el espacio. Cuanto más tiempo abarque esa estancia, más pronunciados son los cambios, según los investigadores de la Universidad de Míchigan.

Así cambia el cerebro de un astronauta | Universidad de Michigan

Las zonas azules revelan aquellos puntos donde hay más materia gris, áreas que cambian según el astronauta haya pasado más o menos tiempo en la Estación Espacial Internacional (ISS).

Los científicos examinaron imágenes de resonancia magnética tanto de la tripulación de transporte como de los astronautas con largas estancias en la Estación Espacial.

Todos ellos experimentaron aumentos y disminuciones en la materia gris en diferentes partes del cerebro. Sin embargo, cuanto más tiempo pasaba el astronauta en el espacio, más pronunciada eran esos transformaciones.

Detalle de las resonancias magnéticas en el espacio | Univ. Michigan

Las áreas azules de las resonancias muestran las disminuciones de materia gris, probablemente debidas al cambio del líquido cefalorraquídeo.

El color naranja, en cambio, delata cómo ha aumentado la materia gris, en las regiones que controlan el movimiento de las piernas. Esto probablemente refleja la plasticidad del cerebro asociada con el aprendizaje que tienen que realizar los astronautas para moverse en condiciones de microgravedad.

La materia gris se modifica en el espacio | U.M.

Estos cambios fueron mayores en los astronautas con largas estancias en la Estación Espacial debido a que sus cerebros estaban aprendiendo y adaptándose a la gravedad cero todo el día.

Las conclusiones del estudio son relevantes porque demuestran que nuestro cerebro sufre cambios continuos cuando realizamos una actividad aunque sea una hora al día. Obviamente, estos cambios se aceleran o se potencian aún más cuando son los astronautas los que durante 24 horas deben adaptarse a otro medio que no es el terrestre.

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