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DISTINTAS A LAS DE LA TIERRA

Así se forman las auroras polares de Júpiter

La sonda espacial Juno ha sobrevolado las auroras perpetuas de Júpiter, desvelando algunos de sus secretos

Imagen de aurora Júpiter con el HubbleNASA

Cada año cientos de miles de personas viajan a regiones cercanas a los polos para ver las auroras. Sin duda, estos eventos son un espectáculo único, aunque las de nuestro planeta no son, ni de lejos, las más espectaculares del sistema solar. Ese honor recae probablemente en Júpiter, que tiene unas auroras permanentes y especialmente intensas. Ahora, gracias a la sonda Juno, hemos podido saber que no son tan parecidas a las de la Tierra como se creía.

Las auroras polares son fenómenos que se pueden observar en regiones cercanas a los polos y deben su nombre a Aurora, la diosa romana del amanecer. En el hemisferio sur se apellidan australes, mientras que en el norte las llamamos boreales, de la palabra griega 'bóreas', que significa norte.

Hasta ahora se han observado auroras en varios planetas del Sistema Solar como Urano, Saturno o incluso Marte. Pero ha sido en Júpiter en el que han centrado su atención los investigadores, gracias a que la NASA tiene una sonda en ese planeta desde el pasado año.

“Hubo varias sorpresas que surgieron tras el primer paso de la sonda espacial Juno sobre las regiones aurorales de Júpiter”, explican los investigadores en el estudio, que ha sido publicado en la revista 'Nature'. Este paso se produjo el 27 de agosto de 2016 y en él los investigadores ya observaron diferencias importantes con las auroras terrestres.

Imagen de aurora júpiter con la sonda Juno | G.R. Gladstone y Bertrand Bonfond

En la Tierra, las auroras son producidas por la interacción de partículas cargadas del Sol al entrar en la atmósfera. En particular, las más intensas se generan por la aceleración de electrones a través de las líneas de campo magnético que salen y entran de los polos, mientras que las más débiles surgen por otros procesos.

En Júpiter, las auroras son permanentes y son mucho más intensas que las de la Tierra, por lo que se pensaba que estarían generadas por procesos similares a los que dan lugar a las más intensas de nuestro planeta, es decir, por la aceleración de electrones. “Sin embargo, no se encontraron evidencias de tales procesos en las mediciones preliminares de las regiones aurorales de Júpiter”, explican los autores del nuevo estudio.

Tras analizar los datos de Juno los investigadores verificaron que sí había electrones acelerados, pero concluyeron que éstos no eran suficientes, ni lo suficientemente energéticos, como para producir una aurora tan intensa y permanente como la que se puede ver en el planeta.

Al final, los investigadores han concluido que las auroras de este planeta son generadas por procesos similares a los que producen las auroras más débiles de la Tierra, pero que por las particularidades del planeta, éstas surgen de forma más intensas.

El problema es que posiblemente ninguno podamos llegar a disfrutar de uno de estos espectáculos en directo. Aunque sean menos intensas, al menos nos quedarán las de la Tierra...

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