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ASTEROIDE 2002 NN4
El asteroide Atón 163348 (2002 NN4) se aproximará a la Tierra el sábado 6 de junio a las 5:20 de la mañana (hora peninsular española), según publica el Centro para los Estudios de Objetos Próximos a la Tierra, un organismo que forma parte de la NASA. Está previsto que el objeto se acerque a una distancia de nuestro planeta de como mínimo 0,034 unidades astronómicas (unos 5 millones de kilómetros), llegando a alcanzar una velocidad de 11 kilómetros por segundo.
Se calcula que el asteroide tiene alrededor de 735 metros de diámetro, una distancia equivalente al largo de unos siete campos de fútbol. A su vez, el 2002 NN4 cuenta con una luminosidad de H=20.1 y es capaz de acercarse a unas 0,007 unidades astronómicas de la Tierra, por lo que la NASA lo clasifica como un asteroide "potencialmente peligroso".
¿Qué es un asteroide Atón?
Atendiendo la trayectoria de sus órbitas, existen tres tipos de Objetos Próximos a la Tierra: los asteroides Atón, los Amor y los Apolo. Los asteroides Atón, como el 163348 (2002 NN4), describen una órbita con un semieje mayor de menor longitud que el de la Tierra (1 unidad astronómica, es decir, la distancia media entre nuestro planeta y el Sol).
La mayoría de los asteroides Atón cruzan la órbita de la Tierra en algún momento, salvo unos pocos que se encuentran contenidos dentro de ella. Estos asteroides Atón pertenecen al subgrupo Apohele.
¿Existe la posibilidad de que el asteroide 2002 NN4 colisione con la Tierra?
Si bien la NASA califica a este objeto astronómico como "potencialmente peligroso", la posibilidad de que impacte contra nuestro planeta está prácticamente descartada, al preverse que se aproxime a unos 5 millones de kilómetros de la Tierra (una distancia que se considera muy cercana en relación a otras medidas astronómicas).
Eso sí, la historia nos recuerda que conviene permanecer estar alerta, motivo por el cual instituciones como el Centro para los Estudios de Objetos Próximos a la Tierra ejercen esta labor de seguimiento continuo. Tenemos el ejemplo reciente del impacto del bólido de Cheliábinsk, en Rusia en 2013, pero existen muchos más incidentes que confirman que el riesgo de colisión de un asteroide es real.
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