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LIBERÓ MILES DE MILLONES DE TONELADAS DE GASES
Un reciente estudio sugiere que los gases de azufre y dióxido de carbono liberados por el impacto de una roca espacial en el Cretácico habría provocado un enfriamiento global más intenso de lo que se creía.
La teoría sobre la extinción de los dinosaurios más aceptada sugiere que el culpable de su desaparición fue un enorme asteroide que chocó contra la Tierra hace unos 66 millones de años cerca de la actual ciudad de Chicxulub, en México.
Los científicos estiman que el impacto liberó una enorme cantidad de energía en cuestión de segundos y que desencadenó una serie de fenómenos que acabaron con la vida de los antiguos reptiles y otros animales cretácicos provocando una extinción masiva. Pero un reciente estudio publicado en 'Geophysical Research Letters' sugiere que sus consecuencias fueron aún más devastadoras de lo que se pensaba.
La colisión tuvo efectos inmediatos, como lluvias de bolas de fuego, vientos huracanados y tsunamis y terremotos masivos que afectaron a todo el planeta. Aunque no todos los seres vivos murieron tempranamente, el resto lo hicieron como consecuencia de otro evento derivado: un enfriamiento global.
Al estrellarse, el asteroide liberó enormes cantidades de polvo, azufre y el dióxido de carbono que formaron una enorme nube que cubrió todo el globo impidiendo que la luz solar llegase a la superficie, provocando una consecuente bajada de las temperaturas.
Los autores del trabajo más reciente, científicos británicos y estadounidenses, han tenido en cuenta en sus modelos que el asteroide impactó con unos 60º de inclinación -un ajuste respecto a los 90º considerados hasta hace poco-. Sus resultados sugieren que la concentración de gases de azufre y dióxido de carbono fue tres veces superior a lo estimado, de 325.000 y 425.000 millones de toneladas respectivamente. Como consecuencia, la temperatura de la superficie terrestre cayó hasta 26ºC en una sola noche.
La nube de gases y el frío glaciar continuaron reinando en la Tierra durante varios años. “Las estimaciones mejoradas tienen grandes implicaciones para las consecuencias climáticas del impacto, que podrían haber sido más dramáticas de lo que estudios anteriores han demostrado”, concluye Georg Feulner, coautor del estudio.