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CONOCE EL EXTRAORDINARIO TRABAJO DE ESTE ASTROFOTÓGRAFO
Es 19 de marzo de 2011. En la localidad cordobesa de Espejo hay superluna. Esto es, la Luna llena tiene el perigeo más cercano del ciclo en 19 años. Desde 1983 no se veía tan grande y cercana a la Tierra. Pero no solo eso, el brillo y las mareas provocadas por el satélite son aún mayores. Un momento mágico para astroaficionados, especialistas y también para vendedores de mitos y catástrofes: la escala del fenómeno saca lo mejor y lo peor del ser humano. Los charlatanes vendiendo sus predicciones apocalípticas mientras los científicos certifican y fotografían un fenómeno bellísimo, apasionante y único.
Paco Bellido, cordobés de 44 años, lleva preparando este momento unos meses. Sabe que sólo tendrá dos o tres oportunidades más en su vida para aprovecharlo. La luna es su compañera de viaje y aventuras desde que hace más de 30 años cayó en sus manos el primer libro de astronomía tras completar una promoción de chapas de Pepsi Cola.
Paco es un astrofotógrafo apasionado por los paisajes astronómicos, una modalidad de astrofotografía desdeñada por algunos aficionados que la consideran "postales" con poco valor científico, pero que ha traído la popularización de la astrofotografía. Eso y la evolución de los equipos. Cualquier aficionado con un trípode y una cámara réflex puede hacer maravillas a base de prueba y error mientras hace 20 años te jugabas el sueldo en el revelado. Hoy solo hay que mirar a la pantallita: no hacen falta complicados telescopios, solo conocer y amar las estrellas. Los cachivaches quedan para los verdaderos frikis, como Paco. El cazador de Lunas. El hombre que besaba la luna.
La fiesta del perigeo del 2011 la celebró en Espejo con una de las fotos de luna más espectaculares que he visto nunca. “Utilicé simplemente un poco de cálculo trigonométrico, un programa de planetario (Stellarium) y Google Earth. Calculé la distancia del castillo a la que tenía que colocarme para conseguir que quedara encuadrado dentro de la Luna. Con un GPS llegué al sitio previsto y fue mágico el momento de ver la Luna salir por detrás del castillo como había calculado", dice.
Las fotos de Paco son un monumento a la belleza. Mezcla de ciencia y arte en donde se intuye una pasión desmedida por lo que hace. Una pasión que le ha llevado a colaborar con el GLR (Geologic Lunar Research Group), un grupo de estudio lunar radicado en Italia donde empezó a hacer fotos del satélite con una webcam y donde puso en práctica las técnicas de apilado y realce que todavía utiliza hoy en sus escapadas nocturnas.
Su pasión le ha llevado también a ser publicado por la NASA. La conjunción de Venus, la Luna y el castillo de Almodóvar del Río fue Imagen Astronómica del Día (APOD) el 27 de enero de 2007. Un hobby que le permite colaborar también en revistas especializadas como AstronomíA como contando curiosidades de la historia de la Astronomía desde su sección, La cara oculta.
Como él mismo reconoce pertenece a esta generación que se enganchó al Cosmos de Carl Sagan y que maduró su pasión de aficionado hasta especializarse. “El interés por la astrofotografía surgió como una extensión natural del trabajo astronómico. A mí siempre me habían interesado las nebulosas planetarias, pero con la contaminación lumínica de la ciudad tuve que decantarme por otra cosa, así que durante varios años participé en un grupo de búsqueda de domos lunares", explica.
"Esto es algo que siempre llama la atención cuando lo cuento. A pesar de que Neil Armstrong había llegado a la Luna treinta años antes, a principios de este siglo todavía no había un catálogo detallado de las formaciones lunares de origen volcánico. La inmensa mayoría de los cráteres de la Luna han sido provocados por impactos, pero hay algunos cráteres pequeños, sobre colinas con forma de domo, que tienen un origen volcánico. Son interesantes con vistas a un posible retorno a la Luna”
Hay algo de misticismo romántico en esta afición. Para un ignorante en la materia el fotógrafo astronómico se intuye como un cazador de gigantescos instantes, un nómada que busca la luz de la noche, un solitario que huye de la contaminación lumínica para pasarse horas y horas mirando y apuntando hacia arriba con sofiscicados aparatos... Pero no es realmente así. “Me encantan las Star Parties, las reuniones de aficionados donde se congregan docenas de telescopios, pero es verdad que el trabajo astronómico hay que hacerlo en solitario. Ese romanticismo sigue existiendo, aunque ahora estamos rodeados de cables, adaptadores, baterías, ruedas de filtros, ordenadores y un montón de tecnología que le resta algo de magia", comenta Bellido.
"En el caso de la fotografía de paisajes astronómicos es distinto: se busca el lugar ideal para la foto y en ocasiones hay que aguardar a solas durante mucho tiempo al momento exacto”
Aún así su anecdotario es fantástico. La soledad del cazador de lunas trae decenas de batallas y experiencias irrepetibles. Como aquella vez de la guardia civil se acercó desconfiada ante la presencia de artilugios sospechosos. O los encuentros con jabalíes hambrientos y otras jaurías. Pero lo que más se empeña Paco en recalcar es la gratificación del transeúnte interesado. Ese anciano que se acerca timorato y curioso con ganas de otear el universo y te devuelve una infinita sonrisa al enseñarle los anillos de Saturno o el Mar de la Tranquilidad.
Pero no sólo de Luna vive Paco. Sus salidas de caza incluyen las espectaculares ‘llamaradas’ solares, las infatigables persecuciones a la estación espacial internacional, o las hermosas auroras boreales noruegas. Acaba de adquirir un telescopio solar para poder hacer fotos del Sol en hidrógeno alfa y capturar sus gigantescas protuberancias. “La luna es bella pero estática, el sol es peligroso pero más activo y cambiante”, nos cuenta. Preguntarle por sus preferencias es como obligar a un padre a decantarse por unos de sus hijos…
No dejen de admirar su galería, o compartir alguna de sus increíbles historias. Y, por qué no, soñar con salir de caza con alguno de los autores y maestros que el mismo Paco nos recomienda: “De mayor me gustaría parecerme a alguno de los grandes de la astrofotografía. Entre los astrofotógrafos españoles destacan Juan Carlos Casado, Rogelio Bernal Andreo y Daniel López. En fotografía planetaria el maestro es Jesús Rafael Sánchez, a quien debo mucho de lo que sé sobre astrofotografía. Entre los internacionales hay muchos nombres interesantes. En fotografía de paisajes astronómicos me interesan mucho todos los fotógrafos de TWAN y en especial, los trabajos de Laurent Laveder y Anthony Ayiomamitis. También sigo a Stefano de Rosa y en planetaria el maestro indiscutible es Damian Peach”
“He amado demasiado a las estrellas para temer a la noche”
Epitafio de un astrónomo aficionado.