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¿HAY ALGUIEN AHÍ?

¿Cómo de avanzados tendrían que estar los alienígenas para poder contactar con la Tierra?

La escala de Kardashov establece distintos niveles de civilización en base a sus recursos energéticos. Sirve para intentar clasificar a los posibles emisores de una señal llegada desde el espacio exterior y para conjeturar sobre su nivel de avance tecnológico.

Con cada señal no identificada se conjetura quién puede haber detrásLuis Calçada

Este año distintas señales sin identificar han dado que hablar a científicos y público en general debido a la posibilidad de que, detrás de ellas, se encontrara una civilización extraterrestre intentando ponerse en contacto. Aunque hasta ahora ninguna de las falsas alarmas ha podido reproducirse ni se ha encontrado una explicación que no implicara a extraterrestres, cuando esto sucede, la pregunta parece inevitable. Si de verdad hubiera algo al otro lado, ¿cómo sería? ¿De qué tipo de inteligencia se trataría?

El 15 de mayo de 2015, una fuerte señal de radio en 11 GHz fue captada en la dirección de la estrella HD 164595. Este astro de tipo G, localizado en la constelación de Hércules y situado a una distancia de aproximadamente 94,4 años luz de la Tierra, tiene un tamaño de 0,99 masas solares, una edad estimada de 6.300 millones de años y su metalicidad es casi idéntica a nuestro sol. Aunque después del anuncio se sugirió que la anomalía podía ser explicada por la intromisión de un satélite ruso, las especulaciones acerca de la posible civilización emisora ya se habían producido.

Según explicaron los científicos, para haber podido contactar con la Tierra, la hipotética civilización causante de la señal tendría que haber sido, al menos, de tipo I, según la escala de Kardashov debido a la lejanía de la estrella. Y eso si la señal que enviaba estuviera dirigida a un punto concreto de nuestro Sistema Solar, porque si la emisión hubiera sido lanzada todas las direcciones para haber conseguido la potencia necesaria la causante tendría que haber sido al menos una civilización de tipo II.

La escala de Kardashov clasifica las civilizaciones en tres niveles hipotéticos. | Agencia Espacial Europea

Pero, ¿qué es y cómo funciona esa medición? La escala de Kardashov es un método propuesto en el año 1964 por el astrofísico ruso Nikolái Kardashov que mide el hipotético grado de evolución tecnológica de una civilización.Tiene tres categorías, llamadas Tipo I, II y III, que se basan en la cantidad de energía que una civilización tiene a su disposición y en su colonización del espacio.

De forma simplificada, una civilización de Tipo I domina totalmente y saca partido a todos los recursos de su planeta de origen, una de tipo II los de su estrella y una de tipo III los de su galaxia. La Tierra, por el momento, no ha alcanzado todavía el Tipo I, ya que no somos capaces de emplear toda la energía disponible en nuestro planeta. De hecho, para alcanzar esta denominación, nuestra producción de energía tendría que ser 100.000 veces superior a la actual.

Una civilización de Tipo II (el nivel necesario si la señal hubiera sido enviada en todas las direcciones) emplearía no sólo su energía sino la de su estrella, a través de algún tipo de estructura que giraría en torno al astro, como las esferas de Dyson que se ofrecieron como solución hipotética al enigma del brillo de la estrella de Tabby.

Distintos observatorios escuchas en busca de posibles señales | Observatorio Europeo Austral

Finalmente, las del tercer tipo controlarían los recursos energéticos de toda su galaxia, algo que, en el momento actual de desarrollo tecnológico de la Tierra, parece inconcebible.

Por supuesto, esta escala es sólo una forma de medición hipotética que sirve para conjeturar con el nivel de poder tecnológico y energético de una civilización y para saber, en base a la distancia de la que se reciben las señales, cuál sería la potencia necesaria para haberlas enviado y quién podría estar detrás.

Sin embargo, por el momento, todo son suposiciones, ya que la única civilización que conocemos, la nuestra, ni siquiera alcanza el primer nivel. Y ya que tampoco lanzamos señales para aquellos más cercanos que, con nuestra limitaciones tecnológicas, pudieran escuchar.

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