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recibió el nombre de AT2018cow y al que apodan ‘the cow’ (la vaca en español)
El primero en observarlo, el astrofísico Stephen Smartt, aseguró que nunca había visto nada igual en el universo cercano. Un brillante objeto en el cielo nocturno detectado la semana pasada sobre Hawái desvelaba una explosión ocurrida en una galaxia vecina. La naturaleza de este destello espacial continúa siendo un misterio para científicos de todo el mundo que lo estudian desde su descubrimiento.
El fulgor fue captado por los telescopios del ATLAS, un sistema de alerta de impacto de asteroides de la NASA y la Universidad de Hawái. Tras su detección, Smartt, uno de los líderes científicos del proyecto, publicó el hallazgo en la plataforma Astronomer's Telegram, un servicio ‘online’ donde se documentan nuevas observaciones interesantes.
El objeto, que recibió el nombre de AT2018cow y al que apodan ‘the cow’ (la vaca en español), intrigó a los expertos desde el comienzo porque no se parecía a una explosión estelar normal. La mayoría de estas tardan varias semanas en alcanzar su máximo brillo, mientras que a AT2018cow le bastaron tres días para ser 10 veces más luminoso que una supernova.
Desde su descubrimiento, esta misteriosa explosión se ha convertido en el objeto de estudio de más de una docena de equipos de astrónomos, que utilizan datos tanto de telescopios terrestres como espaciales.
Aunque Smartt pensó en un primer momento que tal brillo solo podía provenir de nuestra galaxia, nuevos análisis realizados por otros científicos desvelaron que en realidad procede de la galaxia CGCG 137-068, situada en la constelación de Hércules.
Según pudieron observar, la luz de AT2018cow había viajado 200 millones de años luz hasta la Tierra. Otros factores que desconciertan a los expertos es que su brillo se extiende por todo el espectro electromagnético y que carece de ciertos patrones lumínicos propios de las supernovas.
Mientras siguen los estudios, el fulgor de AT2018cow ha comenzado a disminuir. Las observaciones hasta la fecha sugieren que podría tratarse de una supernova tipo Ic, causada por el colapso del núcleo de una estrella masiva que ya ha perdido todo su hidrógeno y helio.
Además, las intensas señales de rayos X y de radio detectadas indican que la explosión produjo chorros de partículas que se desplazan con una velocidad cercana a la de la luz. Sin embargo, aún habrá que esperar a nuevos resultados que desvelen la verdadera naturaleza de este misterioso objeto espacial.