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A UNA DISTANCIA DE VARIOS MILLONES DE AÑOS LUZ
Las ráfagas, de baja frecuencia, se detectaron cuando un telescopio canadiense estaba de pruebas. Los científicos creen que en el futuro podrán detectarse más.
¿Hay vida fuera de la Tierra? De momento, sabemos que hay señales de radio. Y parece que deberíamos acostumbrarnos a estos descubrimientos. Por segunda vez, unos científicos han detectado una señal que se repite en un lugar más allá de la estratosfera que no han sido capaces de delimitar con precisión.
Son las denoninadas ráfagas rápidas de radio o FRB en sus siglas en inglés. Se trata de señales muy pequeñas, de apenas unos milisegundos de duración, y que liberan grandes cantidades de energía. Ha sido la revista 'Nature' quien ha publicado este descubrimiento (1 y 2).
De acuerdo a los científicos, las ráfagas, que han recibido el nombre de FRB 180814.J0422 + 73, se han originado a unos 1500 millones de años luz de distancia. En concreto, desde agosto de 2018 y durante tres semanas, se detectaron 13 ráfagas de la misma procedencia, algunas de ellas a la frecuencia más baja hasta ahora captada, de 400 megahercios. La otra ráfaga, FRB 121102, se descubrió en una galaxia al doble de distancia.
Ha sido el telescopio canadiense CHIME el encargado de detectar estas señales de radio. Según los científicos, al ser la segunda vez que se descubre una ráfaga como esta, es probable que en el futuro se descubran más. Como curiosidad, el telescopio estaba siendo probado cuando se detectaron las señales: ni siquiera estaba a pleno rendimiento.
La astrofísica Ingrid Stairs, de la Universidad de la Columbia Británica, ha explicado que con este hallazgo se entiende que podría haber nuevas señales por el espacio. También, que con herramientas para el estudio “podríamos ser capaces de comprender estos rompecabezas cósmicos, de dónde vienen y qué los causa”. El propio telescopio CHIME, cuando funcione a pleno rendimiento, podría ayudar a ello.
El físico Tom Landecker, del Consejo Nacional de Investigación de Canadá, ha explicado que ya saben que hay fuentes que producen ondas de radio de baja frecuencia y que no se dispersan lo suficiente como para que se detecten en la Tierra cuando llegan. Habrá que ver lo que encuentran los científicos en el futuro, pero parece que no estamos solos en el universo: por lo menos, estamos acompañados de señales de radio.