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ES EL SEGUNDO SISTEMA DOBLE DE AGUJEROS NEGROS SUPERMASIVOS CONOCIDO
Una extraña pareja de agujeros negros supermasivos está inundando de potentes ondas de radio la galaxia NGC 7674.
No son uno sino dos los agujeros negros que coexisten en lo más profundo de la distante galaxia espiral NGC 7674, a 400 millones de años luz de la Tierra. El proyecto LIGO (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory) detectó las ondas gravitatorias emitidas por ellos, despertando la curiosidad de los científicos.
Con esto, un equipo de investigadores utilizo el VLA (Very LargeArray), una red de radiotelescopios situada en Nuevo Mexico (Estados Unidos). Para que le pongan cara a esta red, es la que apareció en la película Contact. Pues bien, este equipo apuntó el VLA a la galaxia NGC 7674 y encontraron dos fuentes claras y compactas de emisión de ondas de radio en el centro de aquella galaxia.
"Las dos fuentes de radio tienen propiedades que apuntan a que se trata de dos agujeros negros supermasivos que están acretando el gas", explica Preeti Kharb, investigadora en el Centro Nacional de Radio Astrofísica del Instituto Tata en Pune (India) y autora principal de este nuevo artículo que expone la investigación en la revista Nature Astronomy.
Los agujeros negros estarían separados menos de un año luz, algo que resulta extremadamente cercano para este tipo de objetos y entre los dos suman una masa equivalente a 40 millones de veces la del Sol.
Esto lo convertiría en el segundo sistema doble conocido de agujeros negros supermasivos. El otro se anunció en 2006 y se encuentra en la galaxia 0402+379. En este otro caso, los dos cuerpos están mucho más separados: 24 años luz. Eso sí, suman la friolera de 15.000 millones de masas solares.
Volvamos a NGC 7674. Los dos agujeros negros orbitan un centro de masa común, dando una vuelta cada 100.000 años aproximadamente. Según el estudio, estos dos cuerpos se entrelazaron cuando sus galaxias anteriores se fusionaron para formar la actual NGC 7674.
Por lo tanto, esta curiosa pareja está llenando la galaxia de “manchas” visibles en el espectro de las ondas de radio, lo que ayudará a conocer más los agujeros negros supermasivos. Indirectamente esto favorecerá la comprensión de nuestra propia galaxia, ya que en el centro de la Vía Láctea hay uno de ellos, dándonos pistas sobre cómo nació y evolucionó.