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CAMBIOS EN LA FORMA EN QUE ESTIMAMOS LAS POSIBILIDADES DE HALLARLOS
Haciendo unas pequeñas variaciones en base a los últimos descubrimientos, la ecuación de Drake -que predice el número de civilizaciones inteligentes que podría haber ahí fuera- daría un valor mucho más alto de lo esperado.
El ser humano no explora el espacio con el único objetivo de encontrar alienígenas: aunque a veces parezca lo contrario, hay otras cosas que analizar ahí fuera. Además, los científicos saben que las posibilidades de encontrarnos alegremente con un ser de otro mundo son infinitesimales si tenemos en cuenta la ecuación de Drake, aquella que se define mediante siete variables que mostrarían una aproximación a la posibilidad de encontrar civilizaciones activas más allá de la Tierra.
El problema es que la ecuación que planteó Drake se ha quedado vieja porque, aunque tienen en cuenta factores como la tasa de formación de estrellas, la fracción de estrellas que podrían formar planetas o el número de planetas habitables en esos sistemas, se formuló hace 55 años. Traducido: no aparecen reflejadas las nuevas informaciones que los investigadores del instituto SETI han recogido en estos últimos tiempos o los nuevas teorías sobre exoplanetas.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista 'Astrobiology' busca integrar nuevos datos en la ecuación de Drake. "Sabemos desde hace mucho tiempo cuántas estrellas existen, aproximadamente, pero no sabíamos cuántas de esas estrellas tenían planetas que pudieran albergar vida, cuántas veces podría haber evolucionado esa vida y cuánto tiempo podrían durar todas las civilizaciones antes de que se extingan", explica Adam Frank, investigador en la universidad de Rochester en Reino Unido y coautor de este estudio.
Pero esto plantea dos cuestiones delicadas. La primera, la frecuencia con la que evoluciona la vida, y la segunda el tiempo que sobrevive una civilización, siendo esta última cuestión complicada de responder ya que únicamente hemos conocido una civilización -la nuestra- y no sabemos cuánto durará.
Por otro lado, estimaciones derivadas de proyectos dedicados a la búsqueda de exoplanetas, como por ejemplo el telescopio Kepler de la NASA, sugieren que sobre el 20% de las estrellas tienen planetas orbitando en su zona habitable, y por tanto podrían tener condiciones favorables para la aparición de vida.
Con estos datos no quedan más soluciones que ser optimista o pesimista: ¿Cómo de baja es la probabilidad de que los humanos sean la única especie inteligente que haya evolucionado? A ese valor o han llamado 'línea de pesimismo', y si la probabilidad real es superior a esta línea de pesimismo, entonces es posible que haya surgido otra civilización tecnológica.
Utilizando los datos actuales tanto del SETI como de los exoplanetas descubiertos, los autores de la investigación terminaron calculando el valor de la línea de pesimismo, obteniendo un valor extremadamente pequeño: se trata de un cero, una coma, 24 ceros y un uno al final. Esto indica, por tanto, que las probabilidades de que otra especie inteligente haya evolucionado son muy, muy altas.
"Piénsalo de esta manera, -explica Frank- antes de nuestro resultado te llamarían pesimista si imaginabas que la probabilidad de desarrollar una civilización en un planeta habitable era, digamos, de uno en un billón. Pero incluso con esa suposición, implica que lo que ha sucedido aquí en la Tierra con la humanidad habría sucedido unas diez mil millones de veces a lo largo de toda la historia cósmica".
Dicho esto, el optimismo para encontrar vida extraterrestre nunca ha sido mayor. Después de todo, existe un proyecto multimillonario para buscar alienígenas en Alpha Centauri -el sistema estelar más cercano a la Tierra- y algunos científicos prominentes creen que existe una alta probabilidad de encontrar algo especial. Al fin y al cabo, nunca es tarde para ser un extraterrestre optimista...