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UN PEQUEÑO PASO PARA LOS ESCÉPTICOS

Enviarán una misión a la Luna para probar que el hombre estuvo allí

Un equipo de ingenieros alemanes planea enviar una sonda y dos ‘rover’ a la Luna para fotografiar su superficie y, de paso, conseguir imágenes del lugar donde aterrizó el vehículo empleado por los astronautas en la última misión Apolo.

Aún existen dudas sobre el programa Apolo fue verídico o un montaje de la NASA NASA

Hace más de 40 años que el astronauta Neil Armstrong pronunció aquello de “un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad” mientras pisaba por primera vez el suelo lunar. Alcanzó el satélite, junto a sus compañeros Michael Collins y Buzz Aldrin, a bordo de la undécima misión Apolo, parte del programa homónimo de la NASA dedicado al estudio del satélite terrestre y el envío de naves tripuladas a su superficie.

Aunque Armstrong y Aldrin fueron los pioneros de los paseos lunares, otra decena de cosmonautas hicieron lo propio entre 1969 y 1972, cuando el programa tocó a su fin con el decimoséptimo periplo espacial.

Desde entonces, han surgido numerosas teorías conspiratorias que ponen en duda la veracidad de aquellos viajes y los señalan como un montaje de la propia agencia espacial estadounidense para simular su supremacía tecnológica y científica sobre la Unión Soviética.

Ahora, un equipo de científicos alemanes se propone enviar una nueva misión a la Luna para encontrar pistas que demuestren la existencia de las misiones Apolo. Sus planes consisten en mandar un módulo y dos vehículos que, además de fotografiar y recoger datos de la superficie del satélite, capten imágenes de los restos dejados por aquellos pioneros.

El módulo ALINE (de Autonomous Landing and Navigation). | PT Scientist

Los investigadores, que conforman grupo PT (de Par-Time) Scientist, cuentan con el respaldo de la ESA, la NASA y del fabricante de coches Audi, que se ha aliado con ellos para participar con su proyecto en el certamen Lunar X Prize de Google. El objetivo es ganar alguno de los tres premios en metálico (de entre 5 y 20 millones de dólares) y convertirse en la primera iniciativa privada en llevar un vehículo autónomo a la Luna.

En su caso, la misión incluye tres piezas fundamentales: el módulo ALINA (de Autonomous Landing and Navigation), responsable del alunizaje, y dos ‘rovers’ fabricados en colaboración con Audi para explorar el entorno del satélite. Estos últimos, que deberán ser capaces de recorrer más de 500 metros sobre su superficie y enviar fotografías a la Tierra, estarán provistos de paneles solares, baterías recargables y las imprescindibles cámaras de alta definición. Además, llevarán con ellos el material necesario para realizar un experimento sobre cultivos en entornos agrestes y una copia de la Wikipedia, que también apoya el proyecto.

Como los vehículos no pueden llegar a su destino rodando, también han firmado un acuerdo con la empresa aeroespacial Spaceflight Industries. Un trato que les garantiza que sus equipos viajarán a bordo de un cohete en 2017, probablemente en el interior del SpaceX Falcon9.

Este es el vehículo que condujeron algunos de los astronautas del programa Apolo | NASA

Si consiguen su objetivo, uno de los ‘rover’ podrá aproximarse a unos 200 metros del lugar donde aterrizó el Lunar Roving Vehicle empleado por los astronautas de la última misión Apolo. No pueden acercarse más debido a las restricciones de la NASA, que quiere preservar el lugar histórico.

Actualmente, quedan poco más de una decena de equipos finalistas de los casi 30 que se han presentado al concurso de Google. El grupo PT Scientist, que nació en 2008 como un proyecto voluntario de ingenieros alemanes, cuenta ya con 35 miembros de todo el mundo y 12 empleados que trabajan para hacer realidad su ambicioso periplo lunar.

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