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NUEVO MODELO ESTELAR
Un equipo de investigadores ha presentado un estudio en el que aseguran que las estrellas más viejas que el Sol probablemente giren más rápido de lo que se creía, lo que afectaría al cálculo de su edad.
El método desarrollado para determinar la edad de las estrellas debe ser reajustado. Esa es la conclusión de un reciente estudio que ha sido publicado en la revista 'Nature' y que asegura que el método actual debe ser revisado para poder calcular la edad de las estrellas que son más viejas que el Sol. Este estudio se basa en un nuevo cálculo de la velocidad de rotación de estas estrellas más viejas, ya que la velocidad de giro es una de las pocas formas de estimar la edad estelar.
La idea de que es posible calcular la edad de una estrella a través su velocidad de giro surgió en los años '70, sin embargo, la girocronología -que es como se conoce este método- no fue desarrollada hasta el siglo XXI. Aún así, no fue hasta el pasado año cuando un equipo de investigadores presentó, también en la revista 'Nature', un método refinado que permitía calcular la edad de las estrellas jóvenes con un margen de error de menos de un 10%.
Pero ¿qué relación hay entre la edad de una estrella y su velocidad de giro?
Al igual que los planetas, las estrellas giran alrededor de un eje. Cuando las estrellas envejecen este giro se ralentiza, debido a la interacción del campo magnético de la estrella con el viento estelar. Las estrellas, con el paso de los años, van perdiendo cada vez más masa a través de dicho viento estelar que, al estar magnetizado, actúa como un freno. Sin embargo, el método desarrollado el pasado año solo sirve para calcular la edad de las estrellas más jóvenes. Entonces ¿qué sucede con las más viejas?
El problema es que observar y medir la velocidad de giro de una estrella es una tarea realmente compleja. Para hacerlo, los astrónomos se sirven de las conocidas como manchas solares, unas pequeñas zonas de las estrellas cuyo brillo disminuye respecto al resto de su superficie. El inconveniente es que las estrellas viejas tienen menos manchas y éstas son aún más pequeñas.
Aún así, existen formas alternativas para medir la edad de este tipo de estrellas. Antes de la girocronología, los científicos utilizaban ciertas propiedades de los astros que cambian con el tiempo, como la temperatura de la superficie o la luminosidad, para deducir su edad. Sin embargo estas variaciones son muy pequeñas, con lo que las estimaciones no son precisas.
En la actualidad también se utiliza un método que analiza las ondas sonoras que se producen en el interior de las estrellas, algo que se conoce como astrosismología. Sin embargo, los modelos estelares que existen en la actualidad, aquellos que nos dicen cómo son y cómo evolucionan los astros, no son capaces de compatibilizar los datos obtenidos por astrosismología para estrellas viejas con los datos obtenidos mediante la rotación estelar para las estrellas jóvenes. Algo no cuadraba.
El problema, según aseguran los astrofísicos que han realizado el nuevo modelo, es que las estrellas no giran exactamente como se creía cuando se hacen mayores. Según aseguran los autores de la investigación, los modelos actuales predicen una desaceleración mayor de la que realmente ocurre cuando las estrellas envejecen. Es decir, las estrellas más viejas que el Sol probablemente giren más rápido de lo que se creía.
Según estos investigadores los campos magnéticos no frenan tanto a las estrellas más viejas, lo que indica que la magnetización de los vientos estelares varía de alguna forma cuando las estrellas envejecen. “Este frenado suavizado limita el poder de la girocronología para estimar la edad de aquellas estrellas que están más allá de la mitad de su vida”, aseguran los autores del estudio.