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UNA NUEVA EXPLICACIÓN
Durante el último año la estrella de Tabby, situada entre las constelaciones de Cygnus y Lyra, a aproximadamente 1.500 años luz de la Tierra, ha sido la protagonista de numerosos titulares. Denominada formalmente KIC 8462852, este astro presenta unos flujos en su brillo, todavía sin explicación oficial, que han hecho proliferar las teorías sobre su posible causa.
La más conocida, y la que la convirtió en el objetivo de los medios, afirmaba que la variaciones en la luz de la estrella encajaban con lo que se esperaría si megaestructuras alienígenas estuvieran girando en torno a ella, tal y como explicó Luc Arnold en una investigación de 2005. Es decir, que una construcción gigante de origen extraterrestre era la culpable de los súbitos cambios en su luminosidad que en ocasiones llegan a fluctuar hasta en un 20%.
Aunque esta hipótesis era solo una más de las que planteaba el trabajo, causó un gran revuelo e hizo que muchos investigadores, escépticos ante la explicación alienígena, centraran sus esfuerzos en descubrir la verdadera razón detrás de la anomalía de la estrella y se lanzaran a proponer nuevas soluciones que se unieran a la nube de polvo o el campo de asteroides ya aventurados por otros científicos.
Las estructuras alienígenas son una de las posibles explicaciones. De Arnero / Wikipedia
Ahora, un par de investigadores ha dado una vuelta de tuerca más al misterio. Su estudio plantea una nueva hipótesis y propone que el enturbiamiento en la luz de KIC 8462852 se debe a una conjunción de factores: implican a otra estrella y a varios cuerpos celestes a los que denominan “basura interestelar” que se encontrarían flotando entre la estrella de Tabby y el segundo astro.
Tras analizar los cambios más pequeños en la luz de la estrella, y no las grandes fluctuaciones, Valeri Makarov, del Observatorio Naval de Estados Unidos en Washington DC y Alexey Goldin, de la firma de tecnología Teza Technologies en Chicago, han descubierto que el brillo de un segundo astro, todavía no detectado, forma parte del flujo de luz en un principio asociado únicamente con la estrella de Tabby. Y además, según su examen de los datos recogidos por el telescopio espacial Kepler, una serie de cuerpos situados entre ambos astros y suspendidos en el espacio interestelar serían los causantes de las variaciones en la luz.
Aunque no concretan de qué tipo de objetos se trata, los investigadores creen que podrían ser cometas o planetoides. Sin embargo, hasta ahora nunca se han encontrado “cometas interestelares”, es decir, cuerpos expulsados fuera de la órbita estelar. Esto podría deberse a que, según los autores, detectarlos en la oscuridad entre dos estrellas es increíblemente difícil.
Los cometas interestelares estarían provocando las variaciones en el brillo. | By NASA/JPL-Caltech
“Quizá el espacio interestelar está lleno de cometas flotando libremente”, afirma Makarov. “¡Pero intenta encontrarlos! Son oscuros y fríos y viajan de ninguna parte a ninguna parte básicamente para siempre”, añade.
Esta explicación, aún sin confirmar, se suma a la lista de hipótesis que pretenden resolver el misterio del brillo de una estrella que trae de cabeza a los investigadores y que está haciendo las delicias de aquellos aficionados a imaginar y a creer en las opciones más inverosímiles.