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UNA CIUDAD EN EL SATÉLITE
Según Bernard Foing, director del Grupo Internacional de Exploración Lunar, en unos diez años podría haber entre seis y diez científicos viviendo en el satélite terrestre en una base que se transformaré en una verdadera ciudad.
Dentro de poco más de 20 años, un centenar de personas vivirán en la Luna. Derretirán hielo para poder obtener agua potable, imprimirán en 3D sus casas y herramientas, plantarán huertos y practicarán deporte en ingravidez. Aunque el escenario pueda parecerte cosa de ciencia ficción, lo cierto es que en la Agencia Espacial Europea (ESA) lo ven como un futuro más que probable.
Uno de sus equipos trabaja en un ambicioso proyecto para construir una base permanente en el satélite terrestre. Bernard Foing, director del Grupo Internacional de Exploración Lunar, ha explicado recientemente en el Congreso Europeo de Ciencias Planetarias celebrado en Riga cómo ese asentamiento se transformará poco a poco en una ciudad y la población se expandirá a su alrededor.
El científico francés predice que en el 2030 podría haberse establecido ya un asentamiento con entre seis y diez habitantes, todos ellos científicos o ingenieros. Según sus pronósticos, en diez años el número habrá ascendido hasta alcanzar el centenar y, una década después, el satélite podría albergar hasta un millar de habitantes. Lógicamente, habría familias y los niños nacerían ya directamente en la Luna.
Foing no es el único que imagina un futuro lunar. Hace tiempo que el propio director de la ESA, Jan Wörmer, habla sobre sus planes para establecer una base habitable en la Luna con la colaboración de distintos países. La idea es hacer de centro de operaciones complementario o sustituto de la Estación Espacial Internacional, que será desmantelada en 2024.
Según Froig, es 40 veces más barato viajar desde la Luna a la órbita Terrestre que hacerlo desde nuestro planeta, debido a que no hay que luchar con la fuerza de la gravedad. El experto ha asegurado que quiere pisar la ciudad lunar en el futuro e incluso llevar a su familia, aunque, admite, depende del precio del pasaje. Ahora “está en torno a los 100 millones de euros, pero en 20 años el precio del billete podría ser cien veces menor”, augura. Y tú, ¿te irías a vivir a un bonito cráter lunar?