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MISIÓN ARTEMIS 2024
Las misiones tripuladas a la Luna han despertado siempre controversias. Aún hoy surgen voces que aseguran que las famosas imágenes del astronauta colocando la bandera estadounidense en el suelo del satélite solo pueden ser falsas. La sombra, las estrellas, las huellas… Muchos son los elementos en los que los amantes de las conspiraciones se han fijado para elaborar sus teorías al respecto. Pero los datos están ahí.
“Tenemos la información, tenemos todo lo que han traído de vuelta de la Luna, tenemos todas las imágenes, no solo las que se han captado durante las misiones Apolo, sino todo lo que hemos podido conseguir desde la órbita de la Luna y desde los lugares en las que alunizaron esas misiones”, nos cuenta Francisco Javier Andolz, director de operaciones de la misión Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, que, entre otras funciones, se encarga de monitorizar el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO, por sus siglas en inglés), la nave espacial diseñada para estudiar la Luna para la futura exploración tripulada.
“Desafortunadamente, estamos en una cultura en la que si no tocan y no ven no creen. La información está ahí, todo está al frente de ellos; pero, si no creen, no podemos hacer mucho”, asegura con pesar.
Ahora, muchos años después de que el hombre dejara sus huellas en el satélite, la NASA prepara la misión Artemis. Este proyecto tiene como objetivo regresar a la Luna en 2024, pero esta vez para quedarse.
“Parte de lo que estamos haciendo es establecer bases, puertos de partida en la Luna. No solo en la superficie lunar, sino también en órbitas alrededor de la misma. Estos puntos van a ser los puertos de donde saldrán todas esas naves exploratorias a Marte, a los asteroides, a las lunas de Júpiter o de Saturno”, explica Andolz.
Con estas actuaciones, la Luna podría convertirse en un puente, dentro del sistema solar, entre la Tierra y otros cuerpos celestes, e incluso llegar a albergar colonias humanas. Una auténtica población lunar. Y todo mucho antes de lo esperado.
Una misión no exenta de riesgos
“El espacio es un ambiente sumamente difícil. Una vez que uno sale de la atmósfera terrestre, el vacío del espacio, la temperatura y la radiación siempre van a suponer un peligro para las tripulaciones”, recuerda Andolz. Sin embargo, en los últimos cincuenta años las tecnologías han experimentado cambios en verdad asombrosos. Ya no se envía a los astronautas al espacio en las mismas condiciones que se hacía en el siglo pasado y los riesgos se han reducido considerablemente, recalca el experto.
La tripulación de la misión Artemis contará con todas las garantías de seguridad, y se cuidará cada detalle con precisión para que el proyecto sea un éxito, pues “antes de mandar a los astronautas de vuelta a la luna va a haber dos misiones en las que vamos a estar comprobando que todos los sistemas dispuestos para la futura tripulación están funcionando correctamente”, asegura Andolz.
Además, gracias al Orbitador de Reconocimiento Lunar, hoy en día conocemos la superficie del satélite mejor que la de nuestro propio planeta, lo que también supone una ventaja frente a pasadas misiones. “El LRO lleva unos once años orbitando alrededor de la Luna, más de 50.000 órbitas recorridas. Ha captado más de tres millones de imágenes y ha realizado más de 4.000 observaciones con otros elementos que llevamos”, explica el ingeniero.
Un viaje a la Luna también para los más pequeños
Desde pequeño, Francisco Andolz supo que quería trabajar para la NASA. “Cuando yo era chico quería ser astronauta. Mi fascinación por la Luna viene desde niño. Sin embargo, era demasiado alto, así que me dediqué a la ingeniería”, nos explica.
Pero él no es el único que en la infancia ha sentido una gran fascinación por el espacio y por todo lo que lo envuelve, y la NASA es consciente de ello. Por ese motivo, la agencia encargada de la carrera espacial trata de despertar también ese interés por el universo y por sus misterios a los más pequeños a través de algunos de sus programas educativos. Como explica Andolz, “una de las cosas que se está tratando de hacer, una de las más importantes, es llevar toda esta información, ese entusiasmo, a los niños. Queremos tratar de entusiasmarlos con todo lo que estamos haciendo, con toda esa información, con todas esas maravillas que hay en el espacio y lo mucho que todavía hay por aprender”.