Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
COMO OCURRIÓ CON LA TIERRA
Por norma general, los planetas más densos se encuentran siempre más cerca de su estrella que el resto, pero esto no ocurre en el sistema Kepler 107. Ahora una investigación ha hallado el porqué.
Desde que en 1995 se descubriera el primer exoplaneta, se han encontrado cerca de 4000. Esto ha permitido estudiar una gran variedad de configuraciones en estos sistemas planetarios, para constatar que la evolución de los planetas que orbitan alrededor de otras estrellas puede verse afectada por dos fenómenos: o bien por la evaporación de las capas superiores del planeta, debido al efecto de los rayos X y ultravioletas emitidos por la estrella central, o bien por los impactos de otros cuerpos celestes del mismo tamaño.
El primer efecto se había observado en diversas ocasiones en algunos sistemas extrasolares, pero hasta ahora no había pruebas de la existencia de impactos importantes. Ahora, una investigación publicada en la revista Nature Astronomy ha aportado por primera vez evidencias de que algo así podría haber ocurrido en el sistema Kepler 107.
En este sistema planetario, la estrella central es un poco más grande que el Sol y tiene cuatro planetas girando alrededor de ella. Y fueron los dos planetas más interiores los que atrajeron el interés de los astrofísicos.
Utilizando datos del satélite Kepler de la NASA y del Telescopio Nacional Galileo (TNG), instalado en el Observatorio del Roque de los Muchachos en la isla de La Palma, el equipo determinó los parámetros de la estrella y midió los radios y masas de estos planetas. Así fue como descubrieron que, aunque ambos tienen radios similares, sus masas son muy diferentes. De hecho, el segundo es tres veces más denso que el primero.
La alta densidad del planeta Kepler 107c es excepcional para un planeta, lo que ha despertado el interés de los investigadores. Señalan que esto se debe a su núcleo metálico, su parte más densa, que es anormalmente grande para un planeta.
Aunque sería una circunstancia normal que el segundo planeta del sistema fuera más denso que el primero, por culpa de la evaporación de las capas superiores, los datos no convencían del todo a los astrofísicos. De tal modo que, para explicar cómo es posible que el más cercano tenga solo la mitad de la densidad del segundo, se propuso la hipótesis de que el planeta Kepler 107c se formó como resultado de un gran impacto.
Este impacto debería haber arrancado sus capas externas y dejar al núcleo central como una fracción mucho más grande que antes. Después de las pruebas realizadas mediante simulaciones, esta hipótesis parece ser la más probable.
Algo que ya se suponía que ocurrió con la Tierra, que es más densa que Mercurio y Venus: muchos investigadores pensaban que sufrió un impacto contra otro planeta, a raíz del cual surgió la Luna.