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INVENTARIO CÓSMICO
Un inventario cósmico realizado por un grupo de astrónomos a lo largo de año y medio ha venido a demostrar que sobre nuestras cabezas existen decenas de millones de agujeros negros. Además, con el propósito de predecir lo que ocurrirá próximamente, los investigadores han determinado la frecuencia con la que se fusionan y el tiempo que tardan en hacerlo.
Después de que en febrero de 2016 los científicos vieran por primera vez ondas gravitacionales un siglo más tarde de que Albert Einstein predijese ese fenómeno, fueron muchos los investigadores que quisieron aprovechar la ocasión para tratar de conocer más de cerca lo que ocurre en el universo.
Como aquel fenómeno se produjo tras el choque de dos agujeros negros, un grupo de investigadores de la UCI, la Universidad de California en Irvine, decidió que sería una buena oportunidad para realizar un recuento con el objetivo de saber con certeza cuántos había en la Vía Lactea.
Así, los profesores de Física y Astronomía de la UCI James Bullock y Manoj Kaplinghat, con la colaboración del estudiante de posgrado Oliver Elbert, se pusieron manos a la obra para determinar cuántos de esos enigmáticos objetos existían sobre nuestras cabezas. "Creemos que hemos demostrado que hay hasta 100 millones de agujeros negros en nuestra galaxia", asegura el profesor Bullock.
El trabajo de recuento se pudo realizar teniendo en cuenta dos factores. Por un lado, que la mayor parte de los agujeros negros surgen como resultado de lo que se conoce como 'remanentes estelares', es decir, del colapso de las estrellas masivas al final de sus vidas. L
Los investigadores que han llevado a cabo el recuento aseguran que ha sido posible obtener el dato gracias a que cuentan con la cifra de estrellas que existen en el universo así como su distribución de masas a medida que nacen. "Fuimos capaces de averiguar cuántos grandes agujeros negros debían existir, y terminaron siendo millones, mucho más de lo que esperaba".
El otro barómetro que han utilizado para realizar su recuento son las características de las galaxias ya que, en función de estas, así serán los agujeros negros que se formen en ellas -por ejemplo, en las galaxias más antiguas estarán los agujeros más viejos-. Gracias a estos datos pudieron elaborar el inventario cósmico que ahora han presentado.
Los investigadores de la UCI también han logrado determinar en su trabajo cómo se fusionan los agujeros negros y cuál es la frecuencia con la que se producen estas uniones. Sus averiguaciones han determinado que existe el 0,1 y el 1% de posibilidades de que dos agujeros se fusionen, ya que necesitan estar suficientemente cerca. Así, lo ocurrido en febrero de 2016 fue un hecho aislado de enriquecedoras consecuencias para nuestra ciencia.