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LANZADO EN 1965, ESTÁ A MERCED DE CHOCAR CONTRA ALGO
Los Estados Unidos hicieron un esfuerzo considerable en la década de los '60 para crear un sistema nuclear compacto, ligero y autónomo que pudiese alimentar todo tipo de ingenios para programas espaciales, militares o marinos. El proyecto SNAP era pionero para probar estos mini-reactores en el espacio. La idea era minimizar los riesgos del personal de tierra poniendo en marcha el reactor a miles de kilómetros de distancia.
Doce horas después del lanzamiento, el reactor nuclear fue llevado automáticamente hasta la temperatura de funcionamiento para producir más de 600 vatios de potencia eléctrica. La idea era que esta producción se prolongase durante un año... pero no fue así
Después de 43 días, el fallo de un regulador de tensión dentro de la nave pero fuera del reactor hizo que el motor y el reactor se parasen para siempre. Pero el combustible todavía está allí.
El problema de tener un material peligroso a 1.300 kilómetros de altura se puso en evidencia en noviembre de 1979. Una colisión con algún objeto de basura espacial produjo un desprendimiento de más de 50 piezas del satélite, todas ellas rastreadas por la NASA. La base del satélite y del reactor permanecen intactas.
Próximas trayectorias ‘peninsulares’ del Snap10A. Fuente: n2yo.com
El Snap10A está ahora mismo en una órbita polar estable, es decir, el satélite pasa sobre cada punto del planeta cuando éste gira sobre su eje. Tarda un poco menos de dos horas en completar su órbita. Puedes verla en directo por aquí.
Cada tres o cuatro días su proyección atraviesa la Península Ibérica de sur a norte. Los ingenieros de la NASA calculan que la órbita dejará de ser estable en unos 4.000 años, cuando el satélite se desintegre y esparza el material radioactivo por alguna zona entre los dos polos. Aunque ya no estaremos nosotros aquí para ver a quién le toca la lotería.