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MISIONES ESPACIALES CON RETORNO DE MUESTRAS

La historia de las misiones espaciales que trajeron 'souvenirs' del espacio

Los laboratorios más completos están en la Tierra, por lo que si queremos analizar materiales procedentes del espacio de una forma minuciosa y, porqué no decirlo, de manera más cómoda, necesitamos traer las sondas espaciales de vuelta con material extraterreste. Y es algo que ya se está haciendo.

Roca procedente de la Luna traída de vuelta por el programa Apolo y que se encuentra alojada en el Lunar Sample Laboratory de la NASA en el Centro Espacial Johnson en Houston (Estados Unidos). Science/AAAS.

Como ya contábamos hace un tiempo, la NASA lanzó exitosamente la sonda OSIRIS-Rex, una misión que pretende, entre otras cosas, tomar muestras del asteroide Bennu y retornarlas a la Tierra en el año 2023.

Pero sepan que el hecho de traer material extraterrestre a la Tierra no es una novedad, ya que el primer éxito en este cometido se produjo con el programa Apolo, que en sus viajes a la Luna en las décadas de los '60 y '70 logró traer a la Tierra materiales que aún hoy siguen analizándose.

Tuvimos que esperar hasta la mitad de la década de los '90 para volver a recibir muestras extraterrestres. Se encargó la estación espacial Mir, que recogió partículas a órbita baja.

Y pocos años después, en 1999, se lanzaría la sonda Stardust, la cual nos trajo en 2006 muestras del cometa Wild 2. Dos años antes, en 2004, también conseguíamos partículas cargadas de viento solar gracias a la misión Génesis.

Otro éxito se produjo gracias a la sonda Hayabusa cuando en 2010 nos trajo muestras del asteroide Itokawa. Actualmente, la sonda Hayabusa 2 vuela rumbo a la roca espacial Ryugu a la que llegará en 2018 para que dos años después vuelta a la Tierra con muestras.

Objetivo: Marte

Y tras coquetear con asteroides y demás cuerpos menores, llega el momento de ponernos serios: Marte es el objetivo. Ya en 2011 hubo un intento fallido con la misión Fobos-Grunt, a la que un fallo en el lanzamiento impidió que la sonda saliera de la órbita terrestre.

Para el siguiente intento habrá que esperar a 2020, donde una misión conjunta NASA-ESA podría estar provista de un sistema de almacenaje para que otras misiones posteriores al planeta rojo recojan los datos.

Cabe destacar que previo al inicio de estas misiones con retorno de muestras los científicos ya han analizado rocas extraterrestres. Ha sido posible debido a los meteoritos que nos han llegado procedentes de Marte y de varios asteroides, aunque también es cierto que al estar tanto tiempo en contacto con nuestro planeta sufren alteraciones en composición. Con estas misiones ese problema se soluciona porque adquirimos datos limpios procedentes de cuerpos extraterrestres.