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LA SONDA PONE RUMBO AL ASTEROIDE (162173) 1999 JU3
La sonda europea Rosetta ya está en el 67P/Churyumov-Gerasimenko, la sonda estadounidense Dawn viaja rumbo al planeta enano Ceres, y ahora es la sonda japonesa Hayabusa 2 la que pone rumbo a un nuevo destino exótico: un asteroide tipo Apolo con un nombre un tanto difícil de recordar: (162173) 1999 JU3.
En un principio, su lanzamiento estaba previsto para el pasado 30 de noviembre, pero tuvo que ser retrasado debido a problemas meteorológicos. El nuevo lanzamiento ha sido finalmente este miércoles 3 de noviembre, dando inicio a un viaje rumbo al asteroide para llegar en 2018, analizarlo y regresar en 2020 a la Tierra con valiosas muestras.
El asteroide (162173) 1999 JU3, con un tamaño de unos 980 metros en su lado más largo, es un objetivo difícil de alcanzar, pero los japoneses ya tienen experiencia en estos asuntos: en 2003 se lanzó la sonda MUSES-C (Hayabusa 1) con destino al asteroide Itokawa, de 500 metros de longitud, y devolvió muestras a la Tierra en 2010.
No es la primera vez que hablamos del Itokawa ¿Recordáis aquel asteroide del que conocimos su anatomía en forma de cacahuete? Esa anatomía donde se comprobó el efecto YORP, se hizo con datos obtenidos con la sonda Hayabusa 1 en conjunto con otros telescopios situados en tierra.
En el caso de Hayabusa 2, tendrá dos 'lander' que se posarán sobre el asteroide para tomar datos: MASCOT y MINERVA, de 10 kilos y medio kilo, respectivamente. Pero no serán los encargados de recoger las muestras para traerlas de vuelta. De ello se encargará la propia sonda, que hará un aterrizaje instantáneo, a modo de salto, y en su contacto pellizcará la superficie extrayendo el material que será devuelto a la Tierra. Ese salto será suficiente impulso como para ponerlo en órbita de vuelta a la Tierra.
JAXA, la agencia espacial japonesa, ha confiado en el Deutschland für Luft- und Raumfahrt, más conocido como German Aerospace Center, o simplemente DLR, que han sido los encargados del diseño de Philae, la sonda desprendida de Rosetta que ahora viaja a bordo del 67P/Churyumov-Gerasimenko.
A la sonda Hayabusa 2 todavía le queda mucho camino por delante, pero si dentro de seis años, en 2020, ha vuelto a la Tierra con muestras del asteroide, querrá decir que todo ha ido bien.