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TRECE AÑOS DESPUÉS DE GALILEO
Como ya adelantamos hace unos meses, hoy 4 de julio, día de la independencia de los Estados Unidos, es la fecha elegida por la NASA para hacer llegar al sistema joviano la sonda Juno tras recorrer casi 3.000 millones de kilómetros desde su lanzamiento en 2011 y así poder analizar al gigante de los planetas del sistema solar.
El ingenio lleva un total de nueve instrumentos para poder analizar a Júpiter: radiómetros, análisis de auroras, magnetómetros, cámaras... todo para estudiar no sólo la atmósfera del planeta, sino también aportarnos pistas sobre su formación y evolución.
La NASA ha estimado que Juno estará en órbita polar alrededor de Júpiter durante un año terrestre, pero según las estimaciones de la NASA es probable que su vida sea más larga. Independientemente, Juno además pretende realizar mapas gravitatorios de Júpiter y relacionarlos con otro tipo de mapas que también obtendrá: los del campo magnético.
No es la primera vez que analizamos Júpiter ‘in situ’, ya que sonda Galileo (1995) fue la primera que se quedó orbitando el planeta hasta el fin de misión en 2003. No obstante, desde aquel 2003 ya han pasado 13 años, y se ha avanzado muchísimo en el conocimiento del planeta, por lo que los datos que nos enviará Juno estarán respaldados por datos previos que no tuvo Galileo.
Juno se podrá manos a la obra de manera inminente y nos hará ver Júpiter como nunca antes lo hemos visto: podremos ver detalles que romperán muchos esquemas para volver a tener un concepto distinto en algunos aspectos, con lo que reforzaremos todo lo que hemos ido aprendiendo de este planeta.