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PROPUESTA DE UN MATEMÁTICO
Un matemático ha propuesto un dispositivo con el que crear campos gravitacionales artificiales mediante el uso de electroimanes superconductores. Según este investigador, estos dispositivos pueden crear pequeñas distorsiones en el espacio-tiempo que serían detectables.
¿Es posible producir campos gravitatorios artificiales? Hasta ahora esta pregunta podía sonar a ciencia ficción, sin embargo un reciente estudio científico asegura que es posible crear gravedad mediante campos magnéticos. Un investigador de la Universidad belga de Namur ha concluido que mediante potentes imanes es posible generar pequeños campos gravitatorios, lo que permitiría a los científicos estudiarlos mejor.
En la actualidad, los científicos estudian los campos gravitatorios de forma pasiva, es decir, solo pueden observar los campos creados por grandes cuerpos masivos, como las estrellas o la Tierra, y no son capaces de modificarlos, como se hace por ejemplo con los campos magnéticos. Pero el matemático André Füzfa ha tratado de poner remedio a esta situación y ha trabajado para intentar crear campos gravitatorios artificialmente.
En su artículo, publicado en la revista 'Physical Review D', Füzfa ha propuesto un experimento con el que crear campos gravitacionales mediante el uso de electroimanes superconductores, unos dispositivos utilizados habitualmente en aceleradores de partículas como el LHC o en reactores de fusión. Según este investigador, gracias a estos dispositivos es posible crear pequeñas distorsiones en el espacio-tiempo.
Aunque el efecto sería pequeño, solo apreciable en el microscópico mundo de las partículas, Füzfa asegura que podría ser lo suficientemente intenso como para ser detectado con instrumentos actuales.
Este matemático ha estudiado la curvatura del espacio-tiempo que se produce alrededor de los imanes mediante la resolución numérica de un sistema de ecuaciones complejo, que surge de unir las ecuaciones de Einstein y las de Maxwell. Según estos cálculos, el campo gravitatorio artificial asociado a la generación de un campo magnético produce un ligero corrimiento al rojo de los fotones que podría ser detectado.
Tras las demostración matemática de sus resultados, Füzfa también propone el montaje experimental. Aunque el experimento es posible, requeriría una inversión significativa, ya que los campos magnéticos deberían ser generados durante muchos días utilizando electroimanes superconductores y se necesitarían también una serie sistemas de láser muy sofisticados que puedan detectar las pequeñas variaciones en la gravedad dentro de los imanes.
Para valorar la importancia que puede tener creación de campos gravitatorios a voluntad hay que tener en cuenta que la capacidad de manipular el electromagnetismo ha tenido un gran impacto en el desarrollo de la humanidad. Así, la posibilidad de producir y controlar campos gravitatorios de la misma forma que se hace con el electromagnetismo es una opción que resulta excitante.
Obviamente, estos resultados deben ser tomados con cautela, ya que el sueño de disponer de naves espaciales con gravedad artificial se encuentra aún en un futuro muy lejano. Sin embargo, el ser capaces de empezar producir campos gravitatorios no sólo permitirá a los científicos estudiarlos mejor, sino que también nos acerca un poco más a ese futuro.