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UNO DE LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS MÁS ESPERADOS
Se trata de uno de los eventos astronómicos más esperados por los amantes de la astronomía cada año. Suele producirse a mediados y finales de octubre, ya que en esta época es cuando la Tierra pasa más cerca del trazado que hace el cometa Halley y, por lo tanto, de los residuos que deja este a su paso. Aunque llevamos sin verlo desde 1986 (y no se espera que lo podamos volver a divisar hasta 2061), cada año provoca la lluvia de estrellas de las Oriónidas, que no son más que los restos que este cometa deja a su paso. La cita este año alcanzará su máximo entre el lunes 22 de octubre y el martes 23 de octubre.
La velocidad relativa entre nuestro planeta y la nube de escombros del cometa Halley, genera la sensación de que los meteoros de las Oriónidas surgen de algún punto de la constelación de Orión. De ahí que esta lluvia de estrellas se conozca con este nombre. Es importante saber que los meteoros de las Oriónidas son especialmente rápidos, llegando a alcanzar velocidades de hasta 66 kilómetros por segundo, lo que provoca que dejen largas pero breves estrellas fugaces.
Al contrario de lo que ocurre, por ejemplo, con las Perseidas, la actividad de la lluvia de estrellas de las Oriónidas no tiene un índice de actividad tan elevado. Este índice, conocido como THZ, mide los meteoros que se pueden ver al cabo de una hora en las condiciones idóneas. Y si bien el THZ de las conocidas lágrimas de San Lorenzo es de 100 meteoros por hora, el de las Oriónidas es de entre 20 y 25. No obstante, se han dado ocasiones en las que se han llegado a divisar hasta 40 meteoros en una hora.
Este año, al coincidir esta lluvia de estrellas con la Luna creciente durante la primera parte de la noche, será más difícil ver los meteoros más débiles. Lo más recomendable es contemplar este fenómeno en los instantes previos al alba, cuando la Luna ya se encuentre más baja en el horizonte. Siempre y cuando las condiciones climáticas lo permitan.
Para contemplar la Oriónidas, eso sí, no es necesario ningún tipo de equipamiento ni aparato óptico. Bastará con estar en un lugar suficientemente oscuro, donde no llegue la contaminación lumínica, localizar la constelación de Orión de donde parecen brotar estas estrellas fugaces y así podremos disfrutar de este espectáculo astronómico.