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¿DE QUÉ SE TRATA?
Este fenómeno natural fue detectado por primera vez en 1868 por un físico llamado Ångström, sin embargo, es poco conocido debido a que su luminosidad no es muy alta y para verlo hay que hacer una fotografía de larga exposición desde un lugar con un cielo muy oscuro o desde el espacio.
Se trata de una luz permanente que rodea a la Tierra uniformemente a unos 90 km de altura debido a una reacción de quimioluminiscencia activada por la radiación ultravioleta del Sol que fotodisocia las moléculas de la atmósfera creando una especie de “almacén de energía química” que se libera durante la noche.
Las auroras se ven como una luz verde, pero no son uniformes sino que presentan estructuras. Su brillo suele ser más intenso y pueden durar desde unos minutos a unas cuantas horas. Ocurren únicamente cerca de los polos y se producen un poco más arriba que el airglow, entre los 100 y los 200 km de altura.
Las auroras son un fenómeno producido por el viento solar, formado por eyecciones de masa coronal compuestas principalmente por electrones. Es decir, no se producen por quimioluminiscencia, como el airglow, sino por excitaciones y relajaciones atómicas.
Así, son efectos muy distintos. Yo preferiría que no hubiera airglow para poder ver mejor las estrellas pero me quedaría horas viendo auroras boreales.