Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
COMIENZA A SURGIR UN NUEVO SECTOR INDUSTRIAL
De vez en cuando la actualidad científica nos descubre que la ciencia ficción nos pisa los talones. Al menos, si uno se queda en el titular. Un ejemplo de hace solo unas semanas: una empresa de minería espacial lanza el primer telescopio espacial privado
Espera un poco, te dirás, ¿una empresa de minería espacial? ¿Eso existe?
Pues sí, existe. Más o menos. La compañía en cuestión se llama Planetary Resources y nació en 2010. Es, por supuesto, estadounidense. Su modelo de negocio se basa en el desarrollo de tecnología para la minería espacial. Es decir, en la búsqueda de minerales y metales preciosos fuera de nuestro planeta. Un negocio que, de hecho, no existe todavía.
Planetary Resources está a mitad de camino entre la empresa tecnológica y la fantasía. Su plan estratégico es de tan largo recorrido que parte de sus objetivos son, hoy por hoy, pura ciencia ficción. Por el momento, la empresa se limita a diseñar y lanzar satélites robotizados, como el del titular de arriba. Su objetivo: localizar asteroides próximos a nuestro planeta que puedan contener minerales valiosos.
Ésa es solo la primera fase de su estrategia. La segunda, que se desarrollará a lo largo de la próxima década, se basa en el envío de satélites a esos asteroides previamente localizados en misiones de prueba. Si todo va bien, los robots deberían ser capaces de posarse en los asteroides, tal y como hizo el módulo Philae de la misión Rosetta hace una semanas… solo que, además, tendrían que regresar a la Tierra de una pieza.
Suena terriblemente complicado, pero es, de hecho, un juego de niños comparado con la tercera y última fase de su plan. En ella, los satélites deberían extraer minerales de los asteroides y regresar a la Tierra con el cargamento. Según los cálculos de la empresa, en el año 2022 estarán listos para alcanzar esta fase.
Pero las resonancias de ciencia ficción no terminan aquí. Los cerebros de Planetary Resources han pensado que, si consiguen que sus satélites robots se posen en los asteroides y trabajen en ellos, también deberían ser capaces de alterar su rumbo. De ahí que otro de los objetivos de la empresa sea el desarrollo de un sistema capaz de desviar el curso de un meteorito en rumbo de colisión contra nuestro planeta. Si lo consiguen, la NASA no solo se lo agradecerá mucho, sino que, por supuesto, les cubrirá de dinero.
Claro que los inversores de Planetary Resources no andan mal de efectivo precisamente. Entre ellos se encuentran el cineasta (y explorador) James Cameron y el fundador de Google Larry Page. Buena parte del equipo humano, además, procede de la propia NASA, como es el caso del presidente e ingeniero jefe de la compañía, Chris Lewicki.
¿Funcionarán los coches del futuro con petróleo espacial? ¿Nos salvará James Cameron del impacto de un meteorito? Qué importa. Solo por estas preguntas ya merece la pena que Planetary Resources lo siga intentando. Por dinero, me temo, no será.