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FOMALHAUT B

El misterioso exoplaneta que ha desaparecido del mapa cósmico

Fomalhaut b, un objeto espacial fotografiado en 2004 y considerado un planeta por los astrónomos, no aparece en imágenes posteriores: los científicos buscan una explicación.

Lo que parecía un planeta, podría ser la huella de una colisión espacial NASA

El primer anunció fue en 2008: los datos y las imágenes tomadas por el telescopio espacial Hubble de la NASA desde 2004 mostraban un objeto que se movía. Identificado como un exoplaneta, fue bautizado como Fomalhaut b, por su cercanía a la estrella Fomalhaut.

Hasta ese momento, los exoplanetas se detectan principalmente a través de métodos indirectos, como el registro de ligeras vibraciones estelares o las sombras que forman al pasar delante de las estrellas. Por eso, capturar uno en fotografías era todo un logro.

Sin embargo, a diferencia de otros exoplanetas observados en imágenes, Fomalhaut b estuvo desde el principio rodeado de incógnitas. Por un lado, era inusualmente brillante en el espectro de luz visible, pero no dejaba ningún rastro en el infrarrojo. Los astrónomos sugirieron que el brillo podía proceder de un anillo de polvo que lo rodeaba. Además, su órbita también era distinta de la elíptica que se esperaría de un planeta.

Pero los misterios no terminaron ahí. Un reciente estudio de investigadores del Observatorio Steward de la Universidad de Arizona ha confirmado que Fomalhaut b no solo ha desaparecido de las fotografías, sino que podría no haber existido nunca.

De planeta a colisión espacial

Analizando todos los datos recogido por el telescopio espacial Hubble sobre Fomalhaut b, estos expertos descubrieron pruebas de la inexistencia del planeta. Un hecho que confirmaron definitivamente al observar que el objeto no aparecía en imágenes tomadas en 2014. Al estudiar fotografías anteriores, comprobaron que se había ido

desvaneciendo poco a poco.

No obstante, Formalhaut b sigue siendo interesante desde el punto astronómico. Una posible explicación sobre su intrigante desaparición es que se trata en realidad de una nube de polvo generada por el choque de dos grandes cuerpos que orbitaban la cercana estrella Fomalhaut. Una huella de la destrucción planetaria nunca antes observada.

“Este tipo de colisiones son extremadamente raras, así que es un hito muy importante que hayamos conseguido ver una”, asegura George Rieke, uno de los investigadores responsables del descubrimiento. “Teníamos evidencias de su ocurrencia en otros sistemas, pero no se había registrado ninguna de tal magnitud en nuestro sistema solar”.

La nube de polvo habría ido expandiéndose y disipándose poco a poco. Según los datos, la colisión habría sucedido poco antes de la primera observación del supuesto exoplaneta en el 2004. Actualmente, la acumulación de partículas menores de una micra (cincuenta veces más pequeño que el diámetro de un pelo) está por debajo del límite de detección de Hubble.

Evidencias que demuestran que se trata de una nube de polvo en expansión | NASA, ESA, y A. Gáspár and G. Rieke, Universidad de Arizona

Según los investigadores, el hecho de que se trate de una nube de polvo también explica que no siguiera una órbita elíptica alrededor de la estrella central Fomalhaut, como cabría esperar de un planeta.

Fomalhaut b se encuentra en el interior del anillo de polvo y hielo que rodea al astro. Por eso, la colisión podría haber implicado a dos cuerpos de estos materiales, como los cometas que caracterizan al cinturón de Kuiper del sistema solar. Los autores del estudio han estimado, además, que estos objetos tenían unos 200 kilómetros de diámetro. Según sus cálculos, el sistema Fomalhaut, localizado a unos 25 años luz de la Tierra, sufriría colisiones de este tipo cada 200.000 años.

El equipo continuará estudiando este sistema en el futuro gracias al telescopio espacial James Webb de la NASA, cuyo lanzamiento está planeado para marzo del próximo año. En especial, analizarán esas características similares a un cinturón de asteroides que alberga este sistema planetario extrasolar, así como la composición química del disco

que lo rodea.

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