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2017 YE5
En esas observaciones, el GSSR (Goldstone Solar System Radar) de la NASA mostró indicios de que 2017 YE5 podría ser un asteroide binario. Los indicios los confirmaron desde el Observatorio de Arecibo.
Ellos también aprovecharon el acercamiento del asteroide. Habían planeado una observación conjunta con el GBO (Green Bank Observatory) en configuración de radar bi-estático. Esto es, Arecibo transmitía la señal y el GBO la recibía.
Tras analizar los datos pudieron confirmar que 2017 YE5 eran dos objetos separados.
Ya no había duda.
Las imágenes de radar muestran que los dos objetos son más grandes de lo que indica su brillo, lo que quiere decir que las dos rocas no reflejan tanta luz solar como un asteroide rocoso típico.
Analizando aún más las observaciones determinaron que cada componente de 2017 YE5 mide unos 900 metros de diámetro y que orbitan entre sí una vez cada 20-24 horas. Ahora, ya sabemos que se trata del cuarto asteroide binario detectado cuyos dos componentes son de masa similar.
Los científicos estiman que entre los asteroides cercanos a la Tierra con un tamaño superior a 200 metros, aproximadamente el 15% serían binarios con una componente notablemente más grande que la otra.
Otro 15% correspondería a binarios de contacto, es decir, donde los dos lóbulos están unidos por un puente. Los binarios de igual masa como 2017 YE5 serían los más extraños de todos.
El descubrimiento de la naturaleza binaria del 2017 YE5 brinda a los científicos una oportunidad importante para mejorar la comprensión de los diferentes tipos de asteroides binarios y estudiar los mecanismos de formación entre los binarios y los binarios de contacto.
Para ello, deberán aprovechar la potencia que brinda las observaciones de radar combinadas con las observaciones ópticas.