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¿A FALTA DE PAN, BUENAS SON HECES?

La NASA estudia cómo convertir la caca de los astronautas en su propia comida

Un grupo de investigadores ha demostrado que los microbios podrían ayudar a transformar desechos humanos, sólidos y líquidos, en alimento. Gracias a ello, las heces podrían ser útiles para la dieta de los astronautas en las largas misiones.

Transformar los excrementos humanos en alimentos podría ser una alternativa a otros cultivos en las largas misiones NASA

Alimentar a los astronautas en las misiones espaciales más largas, como las que podrían llegar a Marte, se ha convertido en una de las preocupaciones de la NASA. Mientras algunos investigadores estudian cómo cultivar patatas en el suelo marciano, otros trabajan en una alternativa más ocurrente para nutrirlos en los viajes espaciales: transformar los excrementos humanos en alimentos.

Un equipo de investigación de la Universidad Estatal de Pensilvania ha colocado desechos sólidos y líquidos en contacto con ciertos microbios en recipientes cilíndricos de 1,2 metros y 10 centímetros de alto. Estos microorganismos se encargaron de descomponer los desechos mediante un proceso de digestión anaeróbica, similar al que tiene lugar en el intestino humano, y que ya se usa para tratar residuos.

Pero además, lograron extraer nutrientes de este proceso y obtener a partir de ellos una sustancia alimenticia en un reactor microbiano. En concreto, usaron el metano que se producía durante en la digestión anaerobia para cultivar la bacteria ‘Methylococcus capsulatus’, que ya se usa en comida para animales.

“Hemos ideado y probado el concepto de tratar simultáneamente los desechos de los astronautas con microbios mientras producimos una biomasa que es comestible, ya sea directa o indirectamente, dependiendo de las preocupaciones de seguridad”, ha explicado Christopher House, profesor de geociencias de la Universidad Estatal de Pensilvania, que ha reconocido que el concepto “es un poco extraño”.

Pese a que el experimento resulte peculiar, lo cierto es que la ‘M. capsulatus’ resultante podría ser un alimento nutritivo para los astronautas: contenía un 52 % de proteínas y un 36 % de grasas. Además, con ese procedimiento los investigadores lograron eliminar entre el 49 y el 59 % de los desechos sólidos en 13 horas, un tiempo inferior al que se emplea en el tratamiento de residuos actual.

En su estudio, publicado en la revista ‘Life Sciences in Space Research’, los investigadores también analizaron formas de cultivar los microbios en un ambiente alcalino o a altas temperaturas para evitar que los patógenos perjudicaran a esos microorganismos.

Aunque el sistema no está aún listo para aplicarse en una nave espacial, los investigadores defienden que es un proceso más rápido que el cultivo de tomates o patatas. Ahora bien, no sabemos si ese será un argumento suficiente para que a los astronautas les satisfaga incluir en su menú alimentos cultivados a partir de sus heces y su orina.