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Los científicos se plantean la posibilidad de extrapolar la hibernación de los animales al organismo humano con el fin de poder llevar al letargo a los astronautas para poder abaratar el alto precio de los viajes espaciales. De esta forma, además, la nave se liberaría del peso que supone la alimentación en el viaje.
Este profundo sueño reduciría las funciones metabólicas de los viajeros espaciales gracias a procedimientos médicos ya existentes. Por ejemplo, viajar a Marte sería un recorrido de 180 días, por lo que sumir en el letargo a los astronautas sería una idea llena de ventajas.
Hasta ahora el máximo que se ha tenido a un ser humano hibernando ha sido una semana, pero eso no indica que no se pueda hacer durante más tiempo. La NASA ha contratado a la empresa SpaceWorks para este proyecto. Según afirma la compañía, este letargo ya se utiliza en pacientes de traumatología en cuidados intensivos con buenos resultados.
Aunque parezca una locura, las ventajas son amplias. Los astronautas podrían convivir en naves más pequeñas, consumir menos alimentos, ropa y comodidades, lo que reduciría cinco veces el volumen presurizado necesario para una tripulación. Es decir, 400 toneladas se reducirían a 220.