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CIENTÍFICOS DEBATEN EVIDENCIAS PARA DEVOLVERLE EL ESTATUS DE PLANETA
Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y... Plutón. Esa era la lista de los nueve planetas del sistema solar que figuraba hace unos años en los libros de texto. Hasta que en 2006, el pequeño de la familia fue desterrado y degradado a planeta enano. Ahora, nuevas evidencias reavivan el debate de si Plutón debería ser de nuevo clasificado como planeta.
La Unión Astronómica Internacional (UAI) estableció que, para que un cuerpo celeste fuera considerado "planeta", debía ser la fuerza gravitatoria más potente de su órbita. Y eso no ocurría en Plutón, que recibe influencias gravitatorias de su vecino Neptuno, y además comparte órbita con cuerpos del cinturón de Kuiper. Por eso hoy en día, los críos de primaria y secundaria solo aprender a recitar los ocho primeros.
Sin embargo la cosa podría estar a punto de cambiar. Según un estudio de la Universidad de Florida Central (EE UU) que publica la revista Icarus, el actual criterio para clasificar planetas es inadecuado. Revisando la literatura científica de los últimos 200 años solo ha encontrado una publicación que exija tener la vecindad de su órbita "limpia" para ser considerado como planeta.
"La definición de la UAI dejó fuera al segundo cuerpo celeste más complejo e interesante del sistema solar", explica Philip Metzger, investigador del Instituto Espacial de Florida (EE UU), que durante treinta años trabajó en el Centro Espacial Kennedy de la NASA, y por lo tanto sabe de lo que habla. "Tenemos una lista de cien planetas descubiertos recientemente que violan esta definición de la UAI", aclara.
"Es más, si la seguimos al pie de la letra, nada podría considerarse estrictamente un planeta", añade. Sin ir más lejos, Júpiter comparte órbita con ciertos asteroides. Y nadie discute que sea un planeta.
Metzger no se queda solo en la crítica, sino que ofrece una alternativa. Propone una clasificación basada en las propiedades intrínsecas del cuerpo celeste en lugar de en su órbita.
"La órbita es solo el sitio que ocupa un cuerpo celeste y puede cambiar", puntualiza. Según él, sería mucho más interesante mirar si es lo bastante grande para que su gravedad le permita tener forma esférica. Porque ese sí es un punto de partida en la evolución de los cuerpos planetarios, lo que da el pistoletazo de salida a la formación de una geología compleja.
En el caso concreto de Plutón, tiene nada menos que un océano subterráneo, varias capas en la atmósfera, compuestos orgánicos, evidencia de lagos antiguos y, además múltiples lunas.
Para colmo, cuando se le expatrió se le conocían tres satélites, Caronte, Nix e Hidra. Y después se sumaron dos más, pasando a tener cinco lunas.
"Es más dinámico y está mucho más vivo que Marte", concluye Metzger.
"El único planeta del sistema solar que supera en complejidad Plutón es el nuestro", añade. Habrá que esperar a 2021 a ver si la UAI valora estos argumentos en su próxima Asamblea General y devuelve a Plutón el estatus de planeta.