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ES TIEMPO DE DESPEDIDA TRAS SIETE MESES DE HIBERNACIÓN
"Lamentablemente, las posibilidades de Philae de contactar con nuestro equipo en nuestro centro de control se están acercando a cero", declaró Stephan Ulamec, director del proyecto de Philae en el Centro Aeroespacial Alemán, DLR.
Así, los científicos comienzan a ser conscientes de que llega el adiós definitivo. No en vano, apenas creen que podrán recibir una señal de la nave en un futuro.
La sonda Rosetta logró que Philae se posara en el cometa 67/CG en noviembre de 2014. Desde entonces, el módulo de aterrizaje ha sufrido varios contratiempos.
Aunque se esperaba que la proximidad al Sol permitiera a Philae conseguir la energía suficiente el pasado verano, las predicciones sólo se cumplieron en parte.
Entre junio y julio se establecieron ocho contactos intermitentes con el módulo, pero ninguno se mantuvo en el tiempo.
Así, esta es una de las últimas oportunidades para despertar al robot: desde la Agencia Espacial Alemana aseguraban que esperarían respuesta en enero.
Por una parte, los expertos declararon que había perdido uno de sus transmisores y uno de sus dos receptores. Por otra, a finales del mes pasado, el cometa se alejaba tanto del Sol que el módulo no podría recibir la energía suficiente, y las condiciones serían demasiado frías para superar el estado de hibernación.
Ahora, la agencia espacial europea, la ESA, lanza un mensaje pesimista, casi definitivo.
Es tiempo de despedirse.