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HALLAZGO DE LA SONDA DAWN
Tras analizar los puntos brillantes de Ceres se ha podido llegar a una interesante conclusión sobre su actividad interna.
La sonda Dawn llegó a la órbita de Ceres en marzo de 2015. Sin embargo, incluso antes de insertarse en la órbita del planeta enano, la sonda envió una serie de imágenes con unos desconcertantes puntos brillantes. Hoy sabemos que están situados sobre el cráter Occator, de 92 kilómetros de ancho, y que no están solos: los científicos han localizado más de 300.
Un nuevo estudio los ha dividido ahora en cuatro categorías. La primera contiene los materiales más reflectantes, y suele encontrarse en los suelos de los cráteres. Los que aparecen en la fosa Cerealia Facula y en Vinalia Faculae, ambos en el cráter Occator, pertenecen a este grupo.
En la segunda categoría se encuentran los materiales brillantes situados en los bordes de los cráteres que se van deslizando hacia el fondo y a los que probablemente el impacto sacó a la luz desde el subsuelo. La tercera es para materiales brillantes que fueron expulsados en la formación del cráter y fueron depositados fuera de éste.
La cuarta categoría es exclusiva de Ahuna Mons, ya que este material brillante no está asociado a ningún cráter de impacto. Probablemente se trata de un volcán formado por la acumulación gradual hielos que fluyen lentamente.
"Los misteriosos puntos brillantes de Ceres revelan evidencias del pasado de un océano subsuperficial e indican que, lejos de ser un mundo muerto, Ceres está sorprendentemente activo", dijo Carol Raymond, investigadora principal adjunto de la misión Dawn en el JPL de la NASA en Pasadena.
Así, todo apunta a que estos materiales brillantes están compuesto por sales y que, según creen los científicos, la actividad del fluido subsuperficial los llevó a la superficie. Eso lleva a concluir que Ceres está activo geológicamente, ya que existe interactividad entre su interior y su superficie.
Cabe destacar que Ceres es extremadamente oscuro, lo que hace que los puntos brillantes destaquen frente a la oscura superficie del planeta. Tan oscuro es que la parte más brillante de Ceres, situada en Cerealia Facula, sería percibida por el ojo humano como nieve sucia, muy lejos del blanco inmaculado que nos muestran las imágenes. Es cuestión de contraste, simplemente.
A medida que Dawn continúe con la fase final de su misión, en la que descenderá a altitudes más bajas que nunca, los científicos continuarán investigando sobre los orígenes de estos materiales brillantes en Ceres y lo que originó la enigmática apariencia de las zonas brillantes de Occator.