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MISTERIO RESUELTO
Antes de la llegada de la New Horizons a Plutón se esperaba que la temperatura del planeta enano fuera una, pero los datos medidos por la sonda fueron muy distintos.
Como suele pasar en la exploración espacial, cuanto más aprendes sobre un cuerpo, más divertido e interesante se vuelve. Esto también se aplica al caso del planeta enano Plutón. Antes del sobrevuelo de la sonda New Horizons al planeta enano en julio del 2015, los modelos teóricos desarrollado para la atmósfera de Plutón predijeron que las temperaturas rondarían los -173º C. El quebradero de cabeza llegó cuando, durante su periplo, se midieron temperaturas de aproximadamente -200º C.
En ese sobrevuelo, New Horizons descubrió varias capas de neblina que se extendían muy por encima del planeta enano, algo inesperado para los científicos. Esas capas se habrían creado por las reacciones químicas en la atmósfera superior de Plutón. Allí la radiación ultravioleta del Sol interactúa con el nitrógeno y el metano, de forma que se formarían pequeñas partículas de hidrocarburos.
No es la primera vez que se observa esta neblina. Es algo similar a las reacciones que ocurren en la alta atmósfera de Titán, satélite de Saturno, que tiene una bruma tan espesa que impide ver la superficie con claridad.
Según un nuevo estudio publicado en la revista 'Nature', los hidrocarburos de la tenue atmósfera de Plutón son los responsables de las sorprendentemente bajas temperaturas del planeta enano. "Es un nuevo comportamiento del clima en los planetas. Nunca vimos esto antes", comenta Xi Zhang, investigador de la Universidad de California en Santa Cruz y autor principal del estudio.
De los datos recopilados por la sonda New Horizons se deduce que esta bruma resulta clave para mantener al planeta enano a esa temperatura de treinta grados por debajo de la esperada. El equipo descubrió además que esta neblina absorbe radiación solar a la vez que emite una gran cantidad de energía de vuelta al espacio, la mayoría en el espectro infrarrojo.
Robert West, científico del JPL (Jet Propulsion Laboratory) de la NASA comenta que los nuevos resultados "son emocionantes, pero no dan la última palabra sobre este tema. El caso aún no está cerrado". Cuando el JWST (James Webb Space Telescope) esté operativo en 2019 será cuando gran parte de las preguntas que han surgido sobre esa energía radiada al espacio empiecen a responderse.