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ASÍ SE VIO EL FENÓMENO CELESTE
La lluvia de meteoros de las Líridas se produce debido a los restos de polvo y hielo del cometa C/1861 Thatcher, que regresa cerca de la órbita de la Tierra cada 415 años desde hace milenios. Por este motivo, las Líridas suelen ser siempre una de las lluvias de estrellas más imprevisibles.
No obstante, este año se estimaban entre 10 a 20 meteoros por hora, siempre que las condiciones meteorológicas acompañaran y el cielo nocturno no estuviera nublado, a la hora de su visualización según en qué parte del mundo se observaran.
“La luz de la Luna llena también suele siempre estropear este tipo de fenómenos. Sin embargo, esta vez está en fase creciente, al 13%”, explicó Emilio Gálvez, monitor astronómico del Planetario de Madrid.
Este astrónomo recomendaba la visión en un lugar oscuro y alejado de la contaminación lumínica de las grandes ciudades. También que olvidáramos los telescopios o prismáticos, porque es mejor disfrutar de la lluvia de meteoros a simple vista.
“Además, para observar este fenómeno es mejor la referencia de la estrella Vega, en la constelación de la Lira (que da nombre al fenómeno) y realicemos el avistamiento en los alrededores de dicha constelación”, añade Gálvez.
Este año no se esperaba tantas estrellas fugaces en el cielo como en otras ocasiones. Los expertos consultados aseguraban que el espectáculo serán los mencionados 10 a 20 meteoritos por hora.
“Sin embargo, en 1982 y 1922, los observadores registraron unos 90 meteoros por hora. Y en 1803, las Líridas crearon una lluvia de estrellas de unos 700 meteoros por hora”, recuerdan desde el colectivo astronómico Slooh, que dieron en streaming el fenómeno desde las Islas Canarias.