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POR EL EFECTO DE LOS MICROBIOS TERRESTRES
El pasado 6 de febrero, Elon Musk se volvió a marcar un tanto en su carrera de visionario al lanzar al espacio uno de sus modelos Tesla, el llamado Tesla Roadster. El vehículo estaba dentro del cohete Falcon Heavy y ‘colonizaría’ la superficie roja.
Una acción tan atractiva, que copó espacio en redes sociales e informativos hace unas semanas, tiene sin embargo unos riesgos. Además de un maniquí encargado de conquistar Marte vestido con un apropiado traje espacial, el Tesla podría llevar consigo unos invitados más desagradables y más peligrosos: microbios.
Cuando la NASA lanza una nave para que llegue a otros planetas, vigila que esté libre de bacterias terrestres. En este caso no se hizo, ya que los módulos del Falcon Heavy debían regresar a la Tierra, pero no sucede lo mismo con el Tesla Roadster. Por ello, expertos de la Universidad Purdue, en Indiana (Estados Unidos), creen que el coche podría estar lleno de bacterias.
De acuerdo a sus propias palabras, “podría ser la carga más grande de bacterias terrestres en entrar al espacio”. El temor es que esas bacterias actúen como una especie invasora en Marte y afecten a la posible fauna y flora del planeta. “Si hay una biota nativa en Marte, corre el riesgo de contaminarse con la vida terrestre”, ha dicho Hay Melosh, profesor de Ciencias Terrestres, Atmosféricas y Planetarias en Purdue. “¿Los organismos de la Tierra se adaptarían, se apoderarían de Marte y la contaminarían de tal manera que no sabremos a qué se parece la Marte indígena?”, se pregunta.
Aunque el coche esté limpio, como recién salido de fábrica, “hay una gran diferencia entre limpio y estéril”, puntualiza Melosh. A pesar de todo, es poco probable que el coche aterrice en Marte: en la actualidad se encuentra en una órbita entre este y nuestro planeta, y según los investigadores terminará impactando en la Tierra, aunque podrían pasar millones de años antes de que eso suceda.
De momento, el jueves 8 de marzo por la mañana (hora española), se encontraba a más de 193 millones de kilómetros de Marte y a 8,5 millones de la Tierra, según la web Where is Roadster?. Mientras tanto, las bacterias pueden seguir en el espacio, hibernando o latentes por las bajas temperaturas o la presión, hasta que se den las condiciones que las hagan revivir.