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SE LE ACABAN LAS OPORTUNIDADES
Poco después de su épico aterrizaje sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, las baterías de Philae se agotaron. El módulo de la misión Rosetta lleva más de un año en estado de hibernación y ahora la ESA anuncia la última llamada: intenta comunicarse con el robot desesperadamente.
El pasado domingo, los ingenieros de la agencia espacial enviaron órdenes desde Rosetta para activar el volante de estabilización de Philae y cambiar su posición. Quieren conseguir, finalmente, que el ingenio recargue sus baterías con energía solar. “Al menos podría sacudirse el polvo que cubre sus paneles solares y alinearlos mejor”, ha explicado Koen Geurst, científico de la ESA.
Aunque se esperaba que la proximidad al Sol permitiera a Philae conseguir la energía suficiente en verano, las predicciones sólo se cumplieron en parte. Entre junio y julio se establecieron ocho contactos intermitentes con el módulo, pero ninguno se mantuvo en el tiempo.
Así, esta es una de las últimas oportunidades para despertar al robot: desde la Agencia Espacial Alemana aseguran que esperarán su respuesta hasta el próximo 21 de enero.
Por una parte, los expertos creen que ha perdido uno de sus transmisores y uno de sus dos receptores. Por otra, a finales de este mes, el cometa se alejará tanto de la estrella que el módulo no podrá recibir la energía suficiente, y las condiciones serán demasiado frías.