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TRES SUPERLUNAS EN DOS MESES

La única superluna del año no llega sola: el año 2018 empezará con otras dos

En los últimos años el término de 'superluna' ha aparecido de forma frecuente tanto en noticias como en redes sociales, aunque ahora llevaba un tiempo sin dejarse ver. Descuida: volverá a estar presente este fin de semana con la única superluna de 2017, y luego volverá hasta dos veces más.

Imagen de dos lunas tomada por el LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter). Una de ellas está en su punto más cercano a la Tierra (perigee) y otra en el más alejado (apogeo)NASA/Goddard/Lunar Reconnaissance Orbiter

"Superluna". Un término que escucharemos este fin de semana ya que el próximo domingo 3 de diciembre tendrá lugar la primera y única superluna de este 2017. Pero no vendrá sola: en enero y febrero de 2018 tendremos otras dos superlunas, así que es un término que nos acompañará unas semanas. Sin duda, una buena ocasión que aprovechar para aprender más sobre nuestro satélite.

Como se sabe, la Luna no orbita en un círculo perfecto alrededor de la Tierra. Su trayectoria responde a una elipse que hace que su distancia hasta nosotros varíe, siendo el punto más alejado el apogeo y el más cercano el perigeo.

Como es lógico, las lunas llenas pueden ocurrir en cualquier punto de la órbita de la Luna, siempre y cuando se produzca la alineación Sol-Tierra-Luna. Ahora bien, cuando tiene lugar una luna llena en el perigeo o cerca de él, nuestro satélite se muestra ligeramente más grande y brillante que una luna llena típica. Estamos, por tanto, ante lo que se llama una 'superluna'.

Sin embargo hay que aclarar que el término no es oficial, ni está avalado por la IAU (Unión Astronómica Internacional). Se trata de un término popular para referirse a la luna llena que está situada en el perigeo o muy próxima a él.

También es cierto que hay que tener cuidado porque circularán informaciones incorrectas, engañosas o sensacionalistas sobre las superlunas que pueden crear cierta confusión. Por ejemplo, una superluna se puede mostrar con un diámetro de hasta un 14% mayor que una Luna llena normal, algo muy difícil de apreciar a simple vista.

De hecho, con el brazo estirado cualquier observador comprobará que la Luna puede cubrirse con una uña, al igual que una Luna llena normal. Pero con respecto al brillo sí que podremos apreciar ciertas diferencias, ya que ese 14% de diámetro se traduce en un brillo que puede aumentar hasta en un 30%.

Y por supueseto, las superlunas no causan ni inundaciones, incendios, erupciones volcánicas o terremotos, tal y como algunos vaticinarán. Pero tranquilos: estos catastrofismos son tan poco sostenibles como los que defienden que la Tierra es plana.

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